Miembros de la plataforma catalana "Tanquem les Nuclears", en colaboración con otras entidades, entre las que se encuentran Greenpeace y Ecologistas en Acción, han entregado el escrito como una acción más de la campaña conjunta "Para apagar Ascó y Vandellós, cerremos Garoña", con la que pretenden conseguir un calendario de cierre de las centrales nucleares españolas.

Los ecologistas han recordado, mediante un comunicado, que "las condiciones en las que ahora se encuentra la central de Garoña se pueden dar en un futuro más o menos próximo en las centrales catalanas" y advierten de que "el alcance de accidentes como el de Chernóbil demuestran que el que una central esté en Tarragona, Burgos o Extremadura es irrelevante".

La central burgalesa de Garoña tiene un permiso de explotación que vence el 5 de julio de este año aunque Nuclenor, la empresa titular de la central, presentó el 3 de julio de 2006 una petición de renovación del permiso.

El Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) se ha puesto el 5 de junio como fecha límite para analizar la información técnica recabada sobre la central y decidir su futuro.

El informe del CSN es vinculante, por lo que en caso de ser negativo a la prórroga el Gobierno deberá decretar su cierre, y en caso de ser positivo será el Consejo de Ministros el que tendrá la decisión definitiva sobre la central.

La de Garoña es la central nuclear más antigua de España, se puso en funcionamiento en 1970 y posteriormente se construyeron las de Almaraz I (1980) y II (1983), las de Ascó I (1982) y II (1985), la de Cofrentes (1984), y las de Trillo (1987) y Vandellós II (1987).