Estas son algunas de las conclusiones de un artículo publicado en la revista Nature, en el que han participado expertos del Instituto Max Planck y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

El equipo de trabajo, dirigido por George Coupland del Instituto Max Planck, ha identificado el gen PEP1 como un gen represor de la floración en la especie perenne Arabis alpina.

Además, han comparado su funcionamiento con el del gen FLC, su ortólogo (genes que descienden de un gen común) en Arabidopsis thaliana, la especie modelo para el estudio del control de la floración en plantas anuales, según ha informado el CSIC.

El estudio constata que, aunque la expresión de ambos genes se reprime por las bajas temperaturas del invierno, en el caso de las plantas anuales esta represión es permanente, mientras que en el caso de las perennes (plantas que viven varios años), la represión del gen es transitoria, por lo que la planta vuelve a su estado vegetativo con la subida de temperaturas.

Carlos Alonso Blanco, del Centro Nacional de Biotecnología (centro del CSIC en Madrid), ha detallado que "este mecanismo puede explicar parte de la diferente regulación del inicio de la floración entre las plantas anuales y perennes, un problema fundamental en la biología reproductiva de plantas".

Además, "puede arrojar luz sobre cómo han evolucionado las distintas formas de vida vegetal", según este investigador.

El estudio ha servido también para realizar el primer análisis del desarrollo a nivel molecular en la especie Arabis alpina, planta elegida por los investigadores por ser de la misma familia filogenética (crucíferas) que Arabidopsis thaliana, la especie anual donde se han realizado la mayoría de estudios de regulación de la floración.

El análisis ha mostrado el potencial de Arabis alpina como modelo para el estudio de los procesos de desarrollo específicos de plantas perennes.

La regulación del inicio de la floración es un proceso crucial en el ciclo vital de las plantas, ya que determina el éxito de su reproducción.

Este proceso está regulado por varios factores ambientales, entre los que destacan las bajas temperaturas durante la estación invernal y, aunque ampliamente estudiado en plantas anuales, no lo ha sido tanto en plantas perennes.