El cuerpo humano tiene, en el caso de un sujeto con una salud correcta, una temperatura interna estable de 37 grados, lo que se traduce en una temperatura superficial del orden de 32 y 34 grados, dependiendo de la zona de piel estudiada, según han explicado a la Agencia Efe fuentes del centro tecnológico Leitat (Terrasa).

Si se aprovecha la diferencia de temperatura que existe entre el cuerpo humano y su medioambiente (puede estar entre -88 grados y +58 grados) se puede generar electricidad usando un material termoeléctrico adaptado, según estas fuentes.

Por lo tanto, el principal objetivo de la actuación es aprovechar la energía liberada por el cuerpo transformándola en electricidad mediante el efecto termoeléctrico (se desarrolla electricidad por la acción del calor).

Es en esta hipótesis en la que se ha basado esta investigación de los centros tecnológicos de Leitat y de Asintec (Toledo), ya terminada y que ahora está en fase de "retoques y mejoras".

Para ello, los investigadores han concluido que para aprovechar esta "nueva energía renovable" la solución más adecuada es la integración de un módulo o dispositivo termoeléctrico "en los elementos que generalmente constituyen la interfase entre la piel y el medioambiente: los textiles que constituyen la ropa".

Las fibras de los textiles son la solución más adecuada para la integración de estos dispositivos, que deberán obtener una corriente y tensión válidas para el almacenamiento en una batería de la electricidad o para la alimentación de dispositivos electrónicos portátiles.

"Una tensión mínima de 3,7 voltios parece ser imprescindible y la corriente tendrá que situarse entre 0,250 y 1 amperio", según fuentes del centro de Terrasa, que han detallado que una vez obtenida la electricidad mediante el efecto termoeléctrico, ésta se trasladará a los aparatos o reproductores a través de un cable.

Esta es una opción de futuro a la hora de cargar las baterías de aquellos dispositivos que en los últimos diez años la electrónica denominada "llevable" se ha encargado de poner al alcance de todos, como los teléfonos móviles, los reproductores Mp3, los GPS o las cámaras digitales, si bien fuentes de Leitat han confirmado que la idea y el objetivo futuro es conseguir dispositivos sin batería.

El proyecto, que recibe una financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, está centrado ahora en la confección de prendas de montaña.

Este desarrollo permite obtener una nueva alternativa o un complemento a las soluciones ya existentes, como la integración de placas solares en prendas textiles.

"Si progresa de manera adecuada este planteamiento, no estamos muy lejos de poder salir de casa llevando encima una prenda que nos sirva para cargar el móvil o el reproductor MP3, y dejar detrás el cargador", han manifestado las mismas fuentes.

El cuerpo humano tiene, en el caso de un sujeto con una salud correcta, una temperatura interna estable de 37 grados, lo que se traduce en una temperatura superficial del orden de 32 y 34 grados, dependiendo de la zona de piel estudiada, según han explicado a la Agencia Efe fuentes del centro tecnológico Leitat (Terrasa).

Si se aprovecha la diferencia de temperatura que existe entre el cuerpo humano y su medioambiente (puede estar entre -88 grados y +58 grados) se puede generar electricidad usando un material termoeléctrico adaptado, según estas fuentes.

Por lo tanto, el principal objetivo de la actuación es aprovechar la energía liberada por el cuerpo transformándola en electricidad mediante el efecto termoeléctrico (se desarrolla electricidad por la acción del calor).

Es en esta hipótesis en la que se ha basado esta investigación de los centros tecnológicos de Leitat y de Asintec (Toledo), ya terminada y que ahora está en fase de "retoques y mejoras".

Para ello, los investigadores han concluido que para aprovechar esta "nueva energía renovable" la solución más adecuada es la integración de un módulo o dispositivo termoeléctrico "en los elementos que generalmente constituyen la interfase entre la piel y el medioambiente: los textiles que constituyen la ropa".

Las fibras de los textiles son la solución más adecuada para la integración de estos dispositivos, que deberán obtener una corriente y tensión válidas para el almacenamiento en una batería de la electricidad o para la alimentación de dispositivos electrónicos portátiles.

"Una tensión mínima de 3,7 voltios parece ser imprescindible y la corriente tendrá que situarse entre 0,250 y 1 amperio", según fuentes del centro de Terrasa, que han detallado que una vez obtenida la electricidad mediante el efecto termoeléctrico, ésta se trasladará a los aparatos o reproductores a través de un cable.

Esta es una opción de futuro a la hora de cargar las baterías de aquellos dispositivos que en los últimos diez años la electrónica denominada "llevable" se ha encargado de poner al alcance de todos, como los teléfonos móviles, los reproductores Mp3, los GPS o las cámaras digitales, si bien fuentes de Leitat han confirmado que la idea y el objetivo futuro es conseguir dispositivos sin batería.

El proyecto, que recibe una financiación del Ministerio de Ciencia e Innovación, está centrado ahora en la confección de prendas de montaña.

Este desarrollo permite obtener una nueva alternativa o un complemento a las soluciones ya existentes, como la integración de placas solares en prendas textiles.

"Si progresa de manera adecuada este planteamiento, no estamos muy lejos de poder salir de casa llevando encima una prenda que nos sirva para cargar el móvil o el reproductor MP3, y dejar detrás el cargador", han manifestado las mismas fuentes.