Según publica hoy la revista británica "Nature Geoscience", un grupo de investigadores de la Universidad de Victoria (Canadá) dirigidos por Verena Tunnicliffe proporciona nuevos datos sobre la respuesta de los organismos a la acidificación de los océanos, una de las principales amenazas presentes y futuras para la fauna marina.

Para ello, los científicos estudiaron la resistencia y la evolución de los mejillones cercanos al volcán de Eifuku, en el archipiélago de las Marianas, una zona que tiene un alto nivel de acidificación.

De forma simultánea, los expertos observaron el comportamiento de esta especie en otras áreas con unos niveles de concentración de dióxido de carbono estándar.

Así, los científicos descubrieron que, pese a que el grosor del caparazón de los mejillones de las zonas más acidificadas era sensiblemente menor y que la tasa de crecimiento se veía reducida a la mitad, los moluscos eran capaces de resistir estas duras condiciones.

De hecho, aunque el menor grosor de la concha podría aumentar su indefensión frente a otros organismos marinos, el nivel de acidificación les proporcionaba una seguridad adicional, al impedir el desarrollo de otras especies amenazadoras, como los cangrejos.