Carrasco ha señalado que por su vulnerabilidad en el mundo, esta especie se considera indicadora y su seguimiento es prioritario para los responsables del Parque Nacional.

De este modo, ha indicado, desde 1999, en cumplimiento de los objetivos de conservación de este espacio natural, se vienen realizando censos anuales de la población nidificante en los que se observa "una tendencia de crecimiento del núcleo de reproducción en el interior del Parque Nacional de Cabañeros".

Los datos obtenidos durante 2008 han servido para identificar un total de 262 plataformas o nidos, que están ocupadas por un total de 157 parejas de las que en 2008 incubaron huevos 153 de ellas.

El número de parejas que sacaron con éxito pollos que posteriormente volaron y se incorporaron al medio natural fue de 104, lo que supone un éxito reproductor del 67 por ciento del total de la población.

Los datos, ha comentado Manuel Carrasco, hacen ser "optimistas" sobre la situación de la población nidificante de Cabañeros, a pesar de que 2008 no fue el mejor año reproductor de la especie en el Parque Nacional.

Carrasco ha indicado que la primavera del año 2008, en la que se produjeron numerosas tormentas y fue especialmente lluviosa, "pudo provocar la pérdida de puestas y pollos", y aun así, ha subrayado, "fueron más de un centenar de pollos los que acabaron volando durante este año".

El buitre negro es el ave de mayor tamaño de toda la Península Ibérica y puede alcanzar una envergadura alar de ente 2,5 y 3 metros.

Cría en los árboles, donde realiza un nido que es renovado antes de cada temporada, que puede alcanzar un diámetro de dos metros y una altura de hasta uno.

Es una especie considera en el Libro Rojo de las Aves de España con la categoría de Amenazada.

Uno de los grandes problemas de conservación que tiene la especie es la mortalidad de un buen número de ejemplares como consecuencia del uso indiscriminado de veneno.

Otra de las grandes amenazas es la disminución importante de la disponibilidad de alimento por la reducción espectacular sufrida por el conejo, tras la aparición de la neumonía hemorrágico vírica (EHV) en 1988, que ha dejado de formar parte de su dieta y, por otro lado, la disminución de la disponibilidad de cadáveres de las cabañas bovina, ovina y caprina, desde la aparición a finales de los años 90 de los primeros casos de la encefalopatía espongiforme bovina (EEB).

La explotación inadecuada de determinadas masas forestales y la gestión inadecuada de los montes se une también a los problemas a los que se enfrentan las poblaciones de buitre negro en el resto de España.