Los expertos adelantan que el descubrimiento, publicado en la revista 'Nature', no significa que pueda existir vida en el planeta pero sí un paso más en los métodos que permitirían su hallazgo.

Los 'Júpiter calientes' son planetas extrasolares de masas similares o superiores a las de Júpiter que orbitan muy cerca de sus estrellas principales. El primero de estos planetas se descubrió en 1995 y desde entonces son más de 300 los detectados por los astrónomos fuera del Sistema Solar. La presencia de la mayoría de estos exoplanetas se infiere a través de la 'vacilación' de su estrella principal, un fenómeno causado por el tirón gravitatorio del planeta, o mediante la medición de una depresión en la luz de la estrella a medida que el planeta pasa delante de ella.

Las principales investigaciones sobre exoplanetas se dirigen ahora a la búsqueda de planetas que sean posibles candidatos para albergar vida y de indicadores de procesos biológicos o biomarcadores en su espectro visible e infrarrojo.

El planeta gigante extrasolar HD189733b es el planeta extrasolar conocido más fácil de observar y ha sido objeto recientemente de un intenso análisis tanto desde los observatorios de tierra como los del espacio. Debido a su proximidad relativa, su alta temperatura y su gran tamaño con respecto a su estrella principal, la luz procedente del planeta puede distinguirse en el espectro infrarrojo como un cambio en el flujo al observar el planeta cuando es ocultado por su estrella principal, algo denominado eclipse secundario.

Este alineamiento favorable ha permitido tomar medidas muy exactas de las variaciones en la temperatura del planeta con respecto a sus longitudes y un espectro de emisión infrarrojo preliminar de la atmósfera durante su día.

Los investigadores, dirigidos por Carl Grillmar, observaron a HD189733b con el espectógrafo infrarrojo del telescopio espacial Spitzer durante diez eclipses secundarios entre junio y diciembre de 2007. Estudiaron su espectro infrarrojo y detectaron la firma de la absorción de agua. Esto indica la presencia de vapor de agua atmosférico.

Según señalan los investigadores, otras observaciones recientes del planeta no revelaron la presencia de agua en el espectro de emisión del planeta. Sin embargo, los modelos de estos Júpiter calientes predecían una abundancia de vapor de agua atmosférico. Los autores consideran que la validación y restricción de estos modelos es crucial para la comprensión de la física y la química de estas atmósferas planetarias en ambientes extremos.

VAPOR DE AGUA NO SIGNIFICA VIDA

Drake Deming, del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, señala en un artículo que comenta en 'Nature' el descubrimiento que aunque el agua es considerada necesaria para la vida, el vapor de agua atmosférico no es un indicador de procesos biológicos ya que puede observarse en una variedad de ambientes astrofísicos, incluso en las manchas solares.

Sin embargo, Deming apunta que es necesario primero aprender a detectar las moléculas abundantes como el agua antes de poder avanzar en la identificación de firmas más sutiles que las que moléculas escasas como el oxígeno molecular podrían dejar en el espectro de un planeta extrasolar. Según el autor, el equipo de Grillmair ha dado en este sentido el primer paso.