Según científicos de la Universidad de Calgary (Canadá), ese descubrimiento contradice la idea generalizada de que esas regiones están especialmente protegidas de la extinción.

"Los trópicos contienen muchas especies de plantas, lo que lleva a considerar que las tropicales son menos susceptibles a la extinción. Pero nuestro estudio indica lo contrario", manifestó Steven Vamosi, profesor del departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad de Calgary.

A juicio de Vamosi, el riesgo de extinción es alto en los países cercanos a la línea ecuatorial y todavía mayor en las islas, aunque se tomen en cuenta factores vinculados a las actividades humanas y el uso de los recursos naturales.

El científico indicó que se calcula que entre un 20 y un 45 por ciento de las especies tropicales está en peligro de extinción y como comparación indicó que en Canadá, un país alejado de los trópicos, sólo entre el 2 y el 3 por ciento es vulnerable al cambio climático.

El estudio del científico canadiense se centró principalmente en el número de especies de plantas desde las islas Falkland (Malvinas) en el Atlántico sur hasta Groenlandia, en el Atlántico norte.

El análisis de los datos tomó en cuenta el producto interno bruto (PIB) de cada región, la densidad demográfica y la deforestación.

"Nuestras conclusiones difieren de otras en las que se consideró que factores muy vinculados a la actividad humana no fueron importantes en la determinación de cuántas especies botánicas estaban amenazadas por la extinción", señaló Vamosi.

Agregó que en su estudio, el factor más importante fue la latitud en la que crecían las plantas.

Se considera que los ecosistemas tropicales son los pulmones del mundo debido a que en ellos se encuentra alrededor del 60 por ciento de todas las especies vegetales del planeta.

Esas regiones son también el hábitat de una importante proporción de especies animales del planeta, incluyendo mariposas, primates, pájaros y murciélagos.

La desaparición progresiva de la flora en esas zonas tendría consecuencias catastróficas para su fauna, según los científicos.

Pero Vamosi aclara que su estudio no absuelve al ser humano de las alteraciones que ha producido y que se han convertido en un factor para la extinción de la fauna y la flora del planeta.

El análisis sugiere que las especies botánicas en un país tropical son más sensibles a las alteraciones humanas que las de un país de clima templado, indicó.