A raíz de los efectos de la crisis financiera mundial, el Ejecutivo se hizo eco de que la ciudadanía opta ahora por una actitud más conservadora respecto a las iniciativas para combatir el cambio climático, informó hoy el diario "The Australian Financial Review".

El periódico no reveló la fecha en la que se celebró la reunión en la que se decidió aprobar el plan de comercio de emisiones.

La iniciativa mantiene abierta la posibilidad de una reducción mayor, el 25 por ciento respecto a los niveles de 2000, si la comunidad internacional así lo aprueba en la próxima cumbre de cambio climático de la ONU, que se celebrará en 2009 en Copenhague.

Desde su llegada al poder hace más de un año, el Gobierno laborista, encabezado por Kevin Rudd, ha hecho de Australia una de las naciones más comprometidas en la lucha contra el calentamiento global, como prueba su ratificación inmediata del Protocolo de Kioto.

Sin embargo, el país continúa siendo uno de los más contaminantes del planeta por su dependencia de los combustibles fósiles, y es el mayor exportador mundial de carbón.