Rafael Rebolo, miembro del Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) y el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), explicó que dos telescopios captarán las microondas del fondo cósmico de radiación originada en los primeros instantes del Universo y medirán su polarización con una precisión mucho mayor que experimentos previos.

La pretensión es obtener los mapas más precisos que se pueden lograr en la actualidad sobre la polarización del fondo de microondas, en una zona amplia del cielo, aproximadamente en una cuarta parte.

El proyecto lo realizarán astrónomos y tecnólogos del IAC, del Instituto de Física de Cantabria y de las universidades de Cantabria, Manchester y Cambridge, e ingenieros de la empresa bilbaína IDOM.

La mayor parte de la tecnología en la primera fase del proyecto se desarrolla en el Instituto de Astrofísica de Canarias y en empresas de Cantabria y del País Vasco.

Recientes estudios teóricos vinculan las propiedades de la u00D7 polarización del fondo cósmico de microondas, conocidas con el nombre de modos-B, con la generación de ondas gravitacionales en los primeros instantes de la historia del Universo cuando éste se encontraba en una fase de expansión extraordinariamente acelerada.

Rafael Rebolo indicó que uno de los problemas que queda por resolver en el estudio de la gravitación, una de las leyes fundamentales de la naturaleza, es la generación de ondas gravitacionales.

Hay múltiples experimentos en marcha para tratar las ondas gravitacionales que teóricamente se producen en las explosiones de supernovas, en la formación de agujeros negros o en la interacción entre estrellas de neutrones.

Estos acontecimientos que involucran enormes energías pueden ocurrir con frecuencia en el Universo actual.

Para saber si hubo ondas gravitacionales en el origen del Universo, el fenómeno más energético que podemos imaginar, es preciso investigar la polarización del fondo de microondas, uno de los pocos vestigios que tenemos de aquella época.

Ningún experimento ha conseguido detectar ondas gravitacionales todavía, pero los estudios de púlsares del Premio Nobel J. Taylor indican que éstas son muy probables.

El proyecto Quijote se llevará a cabo durante varios años desde el Observatorio del Teide, en Tenerife, y la previsión es que en los primeros meses del año próximo comience a obtener información.

Cada telescopio consta de dos espejos de casi tres metros de diámetro y una instrumentación específica que lleva al límite las actuales capacidades mecánicas en sistemas de alto vacío y temperaturas extremadamente bajas

Los dispositivos de polarización trabajan a unos 250 grados bajo cero con mecanismos que girarán varias veces por segundo.

Se trata de un desafío mecánico impresionante indicó a Efe Francisca Gómez, ingeniero del IAC, encargada del desarrollo del software de control del telescopio y del instrumento.

Rafael Rebolo añadió que cada segundo se harán miles de medidas y la cantidad de datos de este experimento, que funcionará las veinticuatro horas del día, será de varios Gigabytes al día.