Según ha informado el CREAL, el trabajo señala que esta anomalía, en la que la abertura de la uretra no está al final del glande, sino en algún punto entre éste y el perineo, puede estar motivada por los ftalatos que contienen las lacas, unas sustancias que se asocian a un descenso de la actividad de los andrógenos que provocan malformaciones del sistema reproductivo.

Los ftalatos son un grupo de compuestos químicos que se añaden habitualmente a los plásticos para incrementar su flexibilidad y que se encuentran presentes en otros productos como cosméticos o cables eléctricos, entre otros.

Los investigadores llegaron a estas conclusiones tras entrevistar por teléfono a 471 madres con hijos que habían sido derivados a cirujanos por hipospadias, y a 490 pacientes de control de 120 distritos municipales del sureste de Inglaterra.

Los cuestionarios se centraron en una serie de aspectos de la salud de las mujeres y de su estilo de vida, como su ocupación laboral, su posible exposición a sustancias químicas, la historia clínica familiar, si eran vegetarianas, si fumaban o habían ingerido complementos de ácido fólico.

El trabajo detectó que las mujeres que se habían expuesto a laca para el pelo en su lugar de trabajo eran desde oficinistas, azafatas de vuelo o consultoras financieras, hasta mujeres que trabajaban en peluquerías, salones de belleza, centros de investigación química o empleadas de la industria farmacéutica.

Según el investigador Mark Nieuwenhuijsen, del CREAL y uno de los autores del estudio, éste es el trabajo más amplio sobre hipospadias realizado hasta el momento, y el primero que pone de manifiesto un vínculo significativo entre la laca para el pelo y la hipospadias, aunque considera que es necesario seguir estudiando esta relación.

Los investigadores indican que los resultados del estudio también pueden tener implicaciones en otros problemas reproductivos.

Recientemente se ha planteado que la hipospadias, la afección de testículos no descendidos, el semen con calidad deficiente y algunos tipos de cáncer testicular son síntomas de un problema subyacente, y de la forma en la que el sistema reproductivo se desarrolla en el útero.

Se considera que la hipospadias afecta aproximadamente a uno de cada 250 niños del Reino Unido y los Estados Unidos, y en España se calcula que a uno de cada 150, aunque los cálculos sobre la prevalencia varían.

Generalmente, la hipospadias puede tratarse con cirugía correctiva una vez el niño ha cumplido un año de edad y se obtienen buenos resultados, sin embargo, los casos más graves pueden originar problemas de fertilidad, así como problemas a la hora de orinar y tener relaciones sexuales.

El nuevo estudio también pone de manifiesto por primera vez que la ingesta de complementos de ácido fólico durante los tres primeros meses del embarazo puede comportar una reducción del 36% del riesgo de dar a luz a un hijo con esta enfermedad.

Actualmente, los médicos ya recomiendan que se tomen complementos de ácido fólico durante las doce primeras semanas de embarazo para evitar anomalías en el tubo neural, como la espina bífida.

El CREAL es una iniciativa conjunta del Instituto Municipal de Investigación Médica (IMIM-Hospital del Mar), la Universidad Pompeu Fabra (UPF) y la Generalitat de Catalunya especializada en investigación epidemiológica ambiental.