Según una información publicada hoy por el periódico ateniense "Ta Nea", el cráter, de un diámetro de 100 metros y de 50 metros de fondo, se encuentra a unos 80 metros de profundidad en el Golfo de Eubea, al noreste de Atenas.

El descubrimiento se hizo durante las investigaciones con un barco oceanográfico para localizar derrumbamientos submarinos de tierra y grietas con activad volcánica.

Según relató el geólogo griego Dimitris Sakelariu, un sonido indicó la existencia de un agujero en forma de "pozo" en el fondo del mar que, según el conocimiento de la zona, "no tenía justificación geológica".

El científico explicó que el fondo de la parte septentrional del golfo de Eubea está formado por diversas capas de sedimentos de unos cientos de metros de grosor. Además, el golfo tiene grietas producto de la actividad sísmica de miles de años.

Sakelariu y su equipo descartaron la posibilidad de que el "pozo" hubiera sido creado por una fuente geotérmica o de que se tratara de un escape de gases o del cráter de un volcán.

Los científicos preparan una segunda misión al lugar para obtener mayor información sobre el hallazgo.