Esta estudiosa del CSIC en el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados de Mallorca (Imedea) ha participado en el taller sobre el cambio climático y biodiversidad marina en el Mediterráneo, celebrado en el Centro de Investigaciones Marinas de Santa Pola (CIMAR) y organizado por el Plan de la Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

Según Marbà, una nueva especie se incorpora al ecosistema marítimo del Mediterráneo cada cuatro semanas por los efectos del cambio climático.

La científica ha indicado que las nuevas especies que llegan al "Mare Nostrum" suelen proceder de mares cálidos y se introducen a través del canal de Suez, por organismos que se cultivan en la acuicultura y también por el tráfico marítimo, cuando se vacían los tanques de lastre de las embarcaciones.

Los organismos que se trasladan al Mediterráneo son especies marinas, como peces y algas, y sólo "un pequeño porcentaje de las no autóctonas es invasora y puede desplazar a otras", ha explicado.

La investigadora del CSIC ha señalado que la presencia de especies invasoras de otros mares, junto al aumento de la temperatura, la subida del nivel del mar (efectos del cambio climático) y las zonas deterioradas por el impacto humano, "supone un aumento de la mortalidad de la Posidonia".

Si esta situación se extiende en el tiempo, "se estima que en algunas décadas se reduzca a la mitad la abundancia de la Posidonia", ha apuntado la investigadora.

Marbà ha expuesto que, en veranos cálidos, la tasa de mortalidad puede alcanzar un 15 por ciento de la población de esta planta marina cada año, mientras que la natalidad es del 5 por ciento.