La explosión generada por ese meteorito y que causó la desaparición del 50 por ciento de las especies vivas del planeta, es "inconcebible, difícil de imaginar para el ser humano", dijo Adriana Ocampo, investigadora de la Agencia Espacial Europea (ESA) y científica planetaria de la Agencia Espacial Estadounidense (NASA).

"En los primeros minutos, horas, días y meses después de la explosión, los fragmentos calientes" cayeron y provocaron incendios, dijo Ocampo, según un comunicado del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

La semana pasada, una misión de la NASA visitó Yucatán para promover que la zona de Chicxulub, donde hace 65 millones de años cayó un meteorito, sea declarada Patrimonio Científico de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).

Ocampo participó en Yucatán en el ciclo de conferencias sobre impacto del meteorito.

Asimismo, la científica explicó que el impacto se magnificó porque la composición del lugar donde cayó era rica en azufre que se volatilizó, "se hizo vapor y gas, y se convirtió en ácido. La combinación fue letal".

Por ese efecto, la Tierra se nubló "por más de diez años y eso causó el enfriamiento" y se cree que el impacto ocurrió en primavera porque en Estados Unidos se han encontrado fósiles de flores en botón que quedaron congeladas, dijo Ocampo.

El cráter que dejó el meteorito tiene un diámetro de 170 kilómetros.

La científica dijo que en el mundo hay unos 200 "cráteres de impacto" causados por asteroides o cometas, pero sólo unos cuatro o cinco son del tamaño del que cayó en Chicxulub.