En la última publicación de FUNCAS "Las claves de la sanidad futura: Investigación y gestión", el subdirector del banco de ADN del Centro de Investigación del Cáncer de la Universidad de Salamanca, Enrique de Álava, destaca que España cuenta con "un gran potencial humano para desarrollar una investigación biomédica de gran calidad".

Señala que en 2006 el gasto interno en I+D+i ascendió a 11.801 millones de euros, lo que supone un 1,2 por ciento del PIB y un 16 por ciento más que lo destinado en el año anterior.

Con todo, De Álava subraya que el objetivo de alcanzar el 2 por ciento de gasto interno I+D+i en 2010 "está aún lejos" y de que el porcentaje destinado en España es todavía inferior al de los países del centro y norte de Europa, Irlanda o República Checa y superior a los del Portugal, Italia, Grecia o Hungría.

Por comunidades autónomas, Madrid (1,98% de su PIB), Navarra (1,92%) y País Vasco (1,60%) son las que registran un mayor esfuerzo en actividades de I+D+i.

El estudio destaca también el crecimiento en los últimos veinte años de las publicaciones científicas y la contribución de las comunidades de Madrid, Cataluña, Valencia y Andalucía por originar el mayor número de citas en las mismas desde hace treinta años.

Así, dice que entre 1998 y 2006 un tercio de los artículos sobre biomedicina se firmaron en colaboración internacional, mientras que el grado de colaboración entre autonomías no superó el 13 por ciento de las publicaciones.

Por su parte, el investigador español del Instituto del Cáncer de Massachusetts, Jordi Barretina, alerta de la necesidad de "cuidar la cantera" de científicos españoles y de dotar con capital humano y recursos suficientes los nuevos centros de investigación biomédica para que España no corra el riesgo de quedarse "rezagada".

En esta línea, Barretina recuerda que entre 1994 y 2002 España ocupaba el puesto número once entre los veinte países más productivos del mundo en biomedicina el séptimo en relación con otros países europeos, por detrás en ambos casos de EEUU, Reino Unido, Japón, Alemania y Francia.

Además, la publicación de FUNCAS recoge que en 2005 las administraciones públicas destinaron el 5,5 por ciento del PIB a Sanidad, lo que supuso más de 50.000 millones de euros y consolida el gasto sanitario es el segundo más cuantioso después del de la política de protección social.

En las comunidades autónomas el gasto sanitario con relación al PIB ha pasado de representar el 4,72 por ciento en 1999 al 5,05 por ciento en 2005, siendo Extremadura la que ese año registró un mayor porcentaje (8%) y Madrid la que menos (3,5%).