Los especialistas, integrantes de la Conferencia Internacional del Tiburón Ballena, acordaron establecer el 30 de agosto como Día Internacional de esa "carismática" especie, al considerar "que arroja importantes beneficios ambientales y económicos, generando un impacto social positivo", según un comunicado de Semarnat.

"La designación del día pretende tomar y reforzar acuerdos sobre normas de servicios que se ven beneficiados económicamente con la actividad ecoturística de nado y observación del tiburón ballena", que está en peligro de extinción, indica la nota.

Esta especie, un escualo que llega a medir quince metros y a pesar dieciocho toneladas, es uno de los reclamos de la Isla de Holbox, situada en el Caribe mexicano, al norte de la península de Yucatán, y que tiene unos 20 kilómetros de largo por dos de ancho.

A pocos kilómetros de la isla los turistas tienen la oportunidad de nadar junto a éste tiburón, el más grande que existe, sin temor a ser atacados por él pues, además de ser manso, se alimenta de plancton, de algunos crustáceos como calamares y de bancos de peces pequeños.

Este gigantesco pez, que tiene un dorso de color grisáceo con manchas blancas y la barriga completamente blanca, habita también en las aguas tropicales de Australia, Filipinas, Honduras y Tanzania, entre otros países.

Según la Semarnat, las autoridades mexicanas tienen el reto de "consolidar el nuevo decreto de la ampliación del Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam - lugar de avistamiento del tiburón ballena- que pretende incluir toda la superficie de la distribución de la especie".

El programa de manejo del área establece la capacidad de carga para el número de embarcaciones que puedan estar autorizadas para la visita turística o de investigación.