Según esta organización, de las importaciones que se realizaron a la UE en 2006, el 23 por ciento de la madera procedente de Europa del Este, el 40 por ciento del Sudeste asiático, el 30 por ciento de América Latina y el 36-56 por ciento de África era de origen ilegal,

En total, llegaron a la UE entre 26,5 y 31 millones de metros cúbicos de madera ilegal durante el citado año, por lo que la organización ecologista ha pedido "una legislación europea fuerte para impedir la entrada de este tipo de mercancías".

Aunque la UE adoptó el plan "FLEGT" en 2003 para combatir las talas ilegales y el comercio asociado a ellas negociando directamente con los países de origen de la mercancía, el informe de la organización ecologista denuncia la ineficacia de este reglamento, porque "no existe ninguna previsión de negociar acuerdos de esta naturaleza con países como Rusia y China".

El informe de la organización ecologista trata las diez rutas principales del comercio ilegal de madera, y detalla que son los materiales procedentes de Rusia, Indonesia y China, por este orden, los que llegan en mayor proporción.

Rusia es el mayor comercializador de madera ilegal, con 10,4 millones de metros cúbicos de este material transferidos a la UE en 2006, casi la mitad de los cuales llega a través de Finlandia, donde se transforma en pulpa y papel y se exporta a otros países europeos.

China, por su parte, ha triplicado sus exportaciones de madera y papel a la UE entre 2003 y 2006, y la organización ecologista sospecha que "el 32 por ciento de estas exportaciones proceden de fuentes ilegales".

WWF/Adena ha solicitado la promulgación de una legislación específica de la UE para garantizar que "sólo pueda comercializarse en el mercado europeo madera legal", y que cualquier violación se penalice.

Esta organización observa que la tala ilegal tiene múltiples consecuencias negativas, como la destrucción de la función protectora de los bosques, que aumenta el riesgo de desastres naturales, o el descenso artificial de los precios de la madera, que se traduce en "enormes pérdidas para los Estados, las industrias y las comunidades locales".