Hasta ahora se sabía que los caballos grises, que descienden en su mayoría de antepasados árabes y han sido muy codiciados a lo largo de la historia por su llamativo aspecto, nacen negros, pero gradualmente van perdiendo la pigmentación del pelaje.

Después de que su pelaje se vuelva blanco hacia los 6-8 años de vida, los animales adoptan su característico gris debido al color negro de su piel.

Investigadores dirigidos por Leif Andersson, de la Universidad Uppsala de Suecia, han descubierto que esta transformación tiene una causa genética: la sobreexposición de dos genes, STX17 y NR4A3.

Durante la investigación, se detectó unas variantes en la región del cromosoma 25 en más de 800 caballos grises de ocho razas diferentes, pero nunca en equinos de otro color.

Los expertos lograron identificar una duplicación de 4.600 parejas de bases de ADN que provoca la sobreexpresión de esos dos genes en los caballos grises.

Lo que aún no se sabe es si la causa de la pérdida de la pigmentación de cabello en estos equinos se debe a la sobreexpresión de uno de los dos genes o de ambos.

Los autores del estudio también ponen de manifiesto que entre el 70 y el 80 por ciento de los caballos grises mayores de 15 años sufren melanomas, que reducen su periodo de vida.

En su artículo plantean que la sobreexpresión de los genes STX17/NR4A3 simultáneamente fomenta la propensión a padecer melanomas y la pérdida de la pigmentación del pelaje a través de efectos en la tasa de proliferación de células que contienen pigmentos en la piel y en los folículos capilares.

Entre las razas que han contado con amplios números de caballos grises destacan el caballo andaluz, el árabe, el poni galés, el percherón y, el mas famoso de todos, el Lipizzano.