Duque, director general de Deimos Imaging, con sede en Valladolid, hizo la presentación del Deimos I conjuntamente con la compañía británica que lo construyó, Surrey Satellite Technology Limited, situada en Guildford, al suroeste de Londres.

"Somos la única empresa española que ofrecerá todo el proceso completo" con fines comerciales, es decir, la captación de imágenes, el control desde Tierra y las aplicaciones de estas imágenes para el usuario, explicó Duque.

El satélite, con un tamaño de 60 x 60 x 100 centímetros y 89 kilos de peso, está equipado con un sensor óptico multiespectral con un barrido de más de 600 kilómetros.

Será lanzado al espacio a finales de este año desde Baikonour (Rusia), y se prevé que tenga una vida operativa de al menos cinco años.

El 6 de junio, Deimos Imaging, fundada en el 2006 por Deimos Space, puso en marcha en Boecillo (Valladolid) la primera antena para satélites exclusiva de una empresa privada en Europa, que se dedicará a la transmisión de imágenes de la Tierra para los sectores interesados.

La antena dará servicio al Deimos I, que se integrará además en un grupo orbital denominado Disaster Monitoring Constellation (DMC), formado por satélites del Reino Unido, Turquía, China, Nigeria y Argelia.

Gracias al uso combinado de todos los satélites, la integración en esa constelación internacional permitirá una capacidad única de observación de la Tierra, con más de una visita diaria a cualquier lugar del globo.

En cuanto a sus aplicaciones, el Deimos I podrá ofrecer sus servicios a instituciones públicas y privadas para la planificación de riegos y abonos, el seguimiento de una sequía, recursos hídricos, localizar daños por helada o detectar vertidos y áreas inundables, explicó José Luis Casanova, profesor de la Universidad de Valladolid, colaboradora en el proyecto.

Además, permitirá detectar incendios forestales o plagas y analizar el éxito de la regeneración de áreas quemadas, así como localizar embarcaciones.

Deimos Imaging, que colabora con la Agencia Espacial Europea, de la que Duque cogió una excedencia para liderar este proyecto, cuenta con unos 300 ingenieros en su plantilla, y factura anualmente más de 20 millones de euros.