Esta competición universitaria, que se lleva a cabo en Europa, Estados Unidos, Japón y Australia, tiene por objetivo promover la innovación y la I+D mediante el proyecto de un vehículo, por lo que los estudiantes catalanes contaron con la colaboración de la Sociedad de Técnicos de Automoción (STA).

Se trata de un monoplaza de 2,74 metros de longitud, que será conducido por los propios alumnos, propulsado por un motor de motocicleta de 4 cilindros y 4 tiempos, que deberá competir en pruebas de aceleración, frenado, estabilidad y durabilidad.

Los estudiantes deberán superar además diversas pruebas teóricas para demostrar que son los autores del diseño, del calculado, fabricado y montaje del vehículo y que conocen al detalle el coste de cada una de las piezas, ya que en ningún caso puede superar el limite total marcado por la organización.