"Los actores estarán descansando en su casa mientras una versión virtual de ellos mismos ruedan las películas o habrá nuevas caras estelares inventadas por los técnicos por procesos digitales", asegura Plantec, cofundador y presidente de Virtual Personalities, Inc y profesor de animación en Silicon Studios en California (Estados Unidos).

"Lo he hablado con muchos actores y algunos están preocupados, pero otros, como Brad Pitt, están encantados de poder estar viendo la televisión mientras su yo virtual lleva el dinero a casa", ironiza en una entrevista con Efe.

Pero hasta llegar a esos niveles de perfección, Plantec se centra hoy, en su conferencia dentro del festival coruñés Mundos Digitales, en lo que él denomina "El valle inexplicable", que es precisamente esa distancia que queda por recorrer en la animación digital: la del mimetismo total del dibujo con la realidad humana.

"Los acercamientos al hombre digital, en películas como 'Polar Express' (2004) o 'Beowulf (2007) -ambas de Robert Zemeckis-, han dado como resultado seres inquietantes, que crean rechazo porque parecen personas pero su expresividad está desquiciada", resume Plantec.

"Vemos que parecen personas pero, después de toda una vida observando a nuestro alrededor, sabemos perfectamente que no lo son, y eso nos crea una sensación de incomodidad", asegura.

"La complejidad de la expresión facial es tal que aunque reproduzcamos rasgo por rasgo a la persona, hay algo que se pierde.

Angelina Jolie es muy sexy en persona, pero en su recreación digital -en "Beowulf"- era escalofriante, daba miedo, parecía llena de botox", asegura.

Por eso, "ahora mismo, se procura hacer películas protagonizadas por animales o cuando salen humanos digitalizados se vuelve a los rasgos de la animación tradicional" con el fin de evitar el efecto de incomodidad visual, o, en cualquier caso, con una concepción poco humana "que el público acepta sin problemas, como es el caso del personaje de Davy Jones en la última entrega de "Piratas del Caribe".

En cambio, ese camino hacia la perfección empieza ya, y Plantec apunta al diseñador de producción malayo Alex McDowell como punta del iceberg de esta nueva tendencia, que tiene pendiente de estreno su labor en dos esperadísimas películas: "Avatar", la epopeya tridimensional de James Cameron tras "Titanic" (1977), y "Watchmen", el nuevo delirio de Zack Snyder tras "300" (2007).

En ellas, los efectos digitales "respetan el arte". Y es que Plantec, que se reconoce también psicólogo y artista, mantiene una lucha con el progreso en la animación: "La tecnología está gobernando el sector y está olvidándose la parte artística", se lamenta, y afirma que esa pugna se actualizará con la llegada de la visión estereoscópica.

"Todo está cambiando muy rápido, pero espero que este viaje frenético rescate algunos factores de la animación tradicional, ya que bajo mi punto de vista, la creatividad estaba menos amenazada hace veinte años", revela. "A menudo se olvida que la percepción del espectador se basa en algo emocional, no tanto en el intelecto".

Así, para octubre de este año, Plantec,junto con otros compañeros, ha convocado el ciclo "5D: The future of immersive designs", en la que "el mundo del diseño será redefinido", asegura, a la vez que mira a Europa y reconoce que "hay una potencia creativa muy importante".

Además, en la jornada de clausura de Mundos Digitales, el sábado, Plantec abordará en otra conferencia titulada "Creando una 'killer demo'" los problemas de los jóvenes creadores para plasmar en animación su verdadero talento.