En un artículo publicado hoy por la revista científica británica "Nature Geoscience", investigadores de la Universidad de Hawai (EEUU) explican que bacterias aeróbicas fijadoras del nitrógeno facilitan una reacción química en la que se produce metano.

El metano es un gas de efecto invernadero que ha contribuido al 20 por ciento del calentamiento global desde los tiempos anteriores a la revolución industrial.

Los océanos son una importante fuente de metano ya que producen del 1 al 4 por ciento de las emisiones globales anuales.

Las concentraciones de metano en la superficie de las aguas de la mayoría de los océanos están sobresaturadas con respecto a las concentraciones atmosféricas, pero el origen de este metano se pensaba que residía en ambientes anaeróbicos.

Sin embargo, los investigadores encontraron, tras analizar muestras de aguas de la costa de Hawaii, que el metano se obtiene aeróbicamente como un producto de la descomposición del metilfosfonato, en la que intervienen bacterias fijadoras del nitrógeno.

También descubrieron que la producción de metano era mayor cuanta menor fuese la concentración de fosfatos en el agua marina.

Los científicos sugieren que la producción del metano será sensible a los cambios en la estratificación de las columnas de agua y a la limitación de nutrientes, probable consecuencia del calentamiento oceánico.

Por tanto, la contribución de metano de los océanos a la atmósfera puede incrementarse como respuesta al cambio climático.