Según ha informado el Instituto Armado, dos turistas madrileños que visitaban este espacio natural del suroccidente de Asturias localizaron hacia las 15:00 horas de ayer a la osa en las inmediaciones de la localidad de Villarín, cuando vagaba sola por la carretera, con aspecto de estar herida o enferma.

Tras esperar un tiempo prudencial, y ante el temor que el animal fuera atropellado, introdujeron a la cría en su vehículo y la trasladaron al cuartel de la Guardia Civil de Pola de Somiedo, cuyos agentes intentaron en dos ocasiones devolver a la osezna a su entorno.

No obstante, dado que la madre no apareció y que el estado de salud de la cría empeoraba con las horas, esta madrugada se decidió trasladarla hasta una clínica veterinaria de Oviedo donde se ha constatado que presenta un traumatismo craneoencefálico severo, por lo que permanecerá ingresada entre 48 horas y 72 horas en una incubadora.

El director de Biodiversidad y Paisaje de Asturias, José Félix García Gaona, ha explicado en rueda de prensa que el estado de salud del animal, una hembra de cuatro kilos de peso, ha empeorado notablemente desde ayer, y sus reacciones a los estímulos del exterior han disminuido en las últimas horas.

"Lo que empezó siendo un asunto de conservación de la biodiversidad ha derivado en preocupación por el bienestar animal", ha explicado García Gaona, que considera que hubiese sido una irresponsabilidad abandonar al animal a su suerte porque las probabilidades de que sobreviviese serían "mínimas".

Asimismo, ha comentado que tras el periodo de observación las decisiones deberán tomarse en tiempo real y ha señalado que lamentablemente las opciones de reintroducción en el medio van disminuyendo según pasan las horas.

"Se tomarán las decisiones que deban tomarse en función de las recomendaciones de los especialistas y en favor de la conservación de la especie", ha insistido.

El director de Biodiversidad ha explicado que lo ideal sería que la madre volviese a acoger a la osa, para lo que técnicos de la Consejería, en colaboración con el Fondo Asturiano para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) y la Fundación Oso de Asturias, han montado un dispositivo de vigilancia con el fin de identificar si a alguna de las dos hembras identificadas en el entorno le falta alguna cría.