"Hasta que los científicos no sean capaces de transmitir ese conocimiento y no sean todos los ciudadanos los que realmente comprendan todas las implicaciones y metodología del conocimiento científico no se dará el paso que las sociedades modernas demandan", ha advertido en declaraciones a los medios Martínez, quien ha inaugurado un seminario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) sobre "Las fronteras de la investigación biomédica".

Martínez Alonso ha destacado que las encuestas realizadas por la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT) revelan que "una de las mayores preocupaciones" de los españoles es la salud y ha agregado que España, junto a Bélgica, Suecia y Dinamarca, es uno de los países "más abiertos" y que más apoya la investigación biomédica con células madre.

No obstante, ha precisado que esa sensibilidad "varía" y no es la misma respecto a la utilización de embriones humano y animal.

Con todo, ha recalcado que sociedad española es "muy receptiva" a la investigación en biomedicina para tratar de generar conocimiento que "contribuya a eliminar enfermedades del siglo XXI", como las cardiovasculares, el cáncer o las neurodegenerativas.

Ha incidido en los avances "extraordinarios" registrados en los últimos 25 años en este campo, que ha duplicado la expectativa media de vida y ha desarrollado "nuevas perspectivas" y herramientas para afrontar esas patologías.

El secretario de Estado de Investigación se ha referido así a la secuenciación del genoma humano y a la identificación de las células madre y su uso terapéutico, como ejemplos de aplicaciones científicas en las que "la realidad supera la ficción".

En relación con esta idea ha indicado que en España hay empresas "líderes" mundiales en investigación con células madre y que son "capaces de solucionar problemas que no tenían solución anteriormente".

En todo caso, Martínez Alonso ha recordado que estas nuevas técnicas también suponen "interrogantes éticos" y un "debate para políticos, sociólogos y juristas".

Este responsable del Ministerio de Ciencia e Innovación ha considerado que la Ley de Investigación Biomédica, aprobada en 2007, es una norma "progresista" que "está a la vanguardia" de la legislación occidental en ese campo y ofrece "un marco bien estructurado" para la sociedad actual.

Ha aseverado que la Ley de Investigación Biomédica promueve "por primera vez" la investigación en ese área para generar conocimiento, posibilita la investigación en centros públicos y "facilita a los españoles contribuir al desarrollo científico de forma extraordinaria".

Ha añadido que esa ley crea una serie de comités éticos y reguladores para establecer el marco en que los instrumentos de investigación (células, tejidos, órganos) pueden ser empleados.