Así, el análisis ha revelado que existieron dos grupos de mamuts, de los que uno de ellos desapareció hace 45.000 años, es decir, antes de que el hombre llegara a la región donde habitaban, lo que desecha la teoría de que fueron los humanos los que contribuyeron a su extinción.

"Este descubrimiento es particularmente interesante porque desecha la caza humana como factor para la extinción de los mamuts dejando al cambio climático y las enfermedades como causas más probables". Así lo explicó Stephan C.Schuster, profesor de biología molecular de la Penn State University y líder de la investigación, que se publicará a finales de esta semana en la edición on line de la Proceeding of National Academy of Sciences (PNAS).

Todo comenzó tras encontrar los restos de varios mamuts en el norte de Siberia, a los que analizaron el ADN a través de la mitocondria (la estructura celular responsable de la conversión de nutrientes en energía). De esta forma descubrieron que existieron dos tipos diferentes de mamuts, atendiendo a la divergencia genética que encontraron tras el análisis.

Así, uno de estos grupos desapareció hace 45.000 años, lo que desmonta la teoría de que fueron los humanos los que, debido a la caza, apresuraron la extinción de estos mamíferos. Ahora, según una información de la Penn State University recogida por otr/press, las causas de la extinción de los mamuts apuntan al cambio climático o a alguna enfermedad. Y es que la divergencia genética encontrada no sólo responde al tiempo, sino al espacio, manteniendo cuantiosas diferencias con respecto al lugar donde vivieron, desde el oeste de Europa a Siberia y en norteamérica.

ANÁLISIS DE PELO

En total, han sido 18 los genomas comparados, algunos de ellos basados en el análisis del ADN recogido de pelo fosilizado en zonas en las que las condiciones climáticas han permitido una excelente conservación. Según los expertos, esta técnica abre la puerta a investigaciones futuras."Tenemos previsto continuar utilizando técnicas que revelen los secretos de las poblaciones de animales que vivieron hace años y para aprender lo que debiera haber pasado para que siguieran vivos", explicó Schuster.

Estos análisis de ADN a partir de pelo de fósiles de mamuts se han utilizado en investigaciones anteriores. La más famosa, la del mamut Adams, encontrado en 1799 y conservado durante más de 200 años a temperaturas beneficiosas para su conservación, tras lo cual se analizó su mapa genético.