En su estudio, presentado hoy en el Festival de Ciencia de Cheltenham (oeste de Inglaterra), el antropólogo Iain Edgar analizó la narrativa de los vídeos de islamistas militantes y halló en ellos muchas referencias a los sueños como fuente de inspiración o guía de sus actos.

Terroristas como el líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden; Zacarias Moussaoui, el único convicto por los atentados del 11 de septiembre del 2001 en EEUU; y Abu Musab al-Zarqawi, el que fuera cabecilla de Al Qaeda en Irak han interpretado lo que soñaban como justificación de actos violentos, sostiene Edgar.

El académico de la Universidad de Durham (noroeste inglés) dice que los sueños inspiradores, conocidos en árabe como "ruya" (visión, aparición), constituyen una importante fuente de fortaleza y orientación espiritual en la cultura islámica.

El propio profeta Mahoma tiene sueños de ese tipo en el Corán, que le aportan confianza, señala el antropólogo.

Los sueños a los que se da más importancia son los que incluyen la figura completa del profeta, aunque otros líderes espirituales pueden ser también significativos, afirma.

Según Edgar, el peligro es que este tipo de sueños se interpreten como una llamada a la Yihad, justificando la violencia en nombre del Islam.

Si un yihadista tuviera un sueño en el que se le apareciera un líder espiritual que aparentemente le diera instrucciones, esto ejercería una gran influencia, argumenta el antropólogo.

El científico halló referencias a los sueños como motivación para actos violentos en mensajes y vídeos de Al Qaeda y de los yihadistas talibanes.

También Richard Reid, el llamado terrorista de los zapatos por intentar atentar contra un avión con explosivos ocultos en el calzado, mencionó un sueño inspirador en al menos tres correos electrónicos que le escribió a su hermana, añadió el experto.

Según Edgar, el jordano Al Zarqawi reveló en una página web que un sueño en el que aparecía una espada le había llamado a la violencia.

El antropólogo cree que los sueños desempeñaron un papel importante en vísperas del 11-S, y el propio Bin Laden reconoció tras el atentado que había temido que su plan secreto saliera a la luz "si la gente soñaba con aviones que se empotraban en edificios altos".

El juicio contra Moussaoui también se ocupó de un sueño que el acusado había dicho que le inspiró para la yihad, presentado por la defensa como esquizofrenia e interpretado por la acusación como una predicción, significativa en el Islam.

Además de analizar los vídeos de los yihadistas, Edgar entrevistó para su estudio de los sueños a musulmanes británicos, de Pakistán, Chipre y Turquía, tras lo que concluyó que, aunque muchos de ellos son críticos con las políticas de las potencias occidentales, el problema es cuando ello se traslada a la acción violenta.

Edgar apunta que, aunque son importantes en la cultura islámica, los sueños o visiones nocturnas pueden ser engañosos, ya que el diablo en el Islam, Shaitan, puede hacerse pasar por una figura espiritual, aunque no por Mahoma, para dar malos consejos.

El antropólogo subrayó que todas las personas sueñan en función de los símbolos y referencias de su cultura, también religiosas, y aseguró que no pretendía presentar a los musulmanes como gente anclada en la Edad Media o supersticiosa.

Como precaución para evitar una mala interpretación de los sueños, dijo, hay que tener en cuenta que ninguno verdadero incitaría a cometer actos prohibidos en el Corán.