Fuentes de la UPV han informado en un comunicado de que esta técnica, desarrollada por investigadores del Instituto Agroforestal Mediterráneo (IAM), consiste en aplicar una hormona natural al árbol que permite reducir el número de flores desarrolladas, disminuyendo hasta la mitad el tiempo de aclareo y, por tanto, los costes de la mano de obra destinada a este proceso.

Según las fuentes, al disminuir el número de flores desarrollados se consigue reducir el tiempo de aclareo de frutos prácticamente hasta la mitad -entre un 40-50%- con el consiguiente ahorro en mano de obra.

Además, los frutos que se obtienen con esta técnica son más grandes, maduran antes y son más resistentes que los que dan los árboles a los que se no les aplica esta técnica.

El aclareo consiste en dejar en cada rama un fruto cada 20 centímetros aproximadamente, echándose el resto al suelo. Este proceso, que se hace de manera manual, incide directamente en factores como el tiempo de maduración, tamaño del fruto o coloración.

Con esta tarea se evita que haya un exceso de frutos en el árbol, con el objetivo de producir frutos de mayor tamaño en lugar de muchos muy pequeños.

"El aclareo supone el gasto más significativo para el cultivo, de modo que reduciendo el tiempo empleado en este proceso, podremos reducir la mano de obra destinada al mismo y, por tanto, el gasto total que genera el cultivo contribuyendo de este modo a mejorar el rendimiento económico de las explotaciones", explica Manuel Agustí, director del IAM.

La técnica implementada por los expertos del IAM se basa en una hormona de origen natural, inocua, que se aplica sobre el frutal a finales de mayo o primeros de junio.

Se trata, en concreto, de ácido giberélico, una sustancia que potencia la estimulación y regulación del desarrollo de las plantas y sus frutos.

"La aplicación de esta hormona a los frutales de hueso como la nectarina, el ciruelo japonés o el melocotón a finales de mayo disminuye significativamente el número de flores desarrolladas la primavera siguiente", ha destacado Manuel Agustí.

Además, según el director del IAM, los árboles tratados exigen de una poda en seco específica que deje intactos parte de los ramos del año anterior.

Para el desarrollo de esta técnica, el Instituto Agroforestal Mediterráneo (IAM) de la Universidad Politécnica ha contado con la colaboración de diferentes Cooperativas de la Comunidad Valenciana, y con financiación de la Conselleria d'Agricultura.