Durante los dos últimos años, expertos alemanes en reproducción han trabajado en el Zoológico de Dubbo, en el estado de Nueva Gales del Sur, recogiendo óvulos de dos hembras de rinoceronte negro.

La bióloga Tamara Keeley explicó en la radio ABC que el avance es un paso importante hacia la solución de los graves problemas de fertilidad que sufren muchos de los animales que están en peligro de extinción.

Pero el proceso no ha terminado aún, pues "si el embrión se continúa desarrollando, lo congelaremos y lo guardaremos hasta que hayamos desarrollado la tecnología necesaria para transferir el óvulo de nuevo al rinoceronte", explicó.

Advirtió de que será necesario esperar varios años hasta que se logre el nacimiento de un bebé rinoceronte artificial.