Chile fue designada sede de la cita de la CBI, cuyas deliberaciones oficiales empezarán el 16 de junio.

Antes de la reunión, a la que asistirán delegados de 79 países, durante dos semanas los expertos en el tema trabajarán en grupos para analizar y cotejar las últimas investigaciones sobre los cetáceos.

"Esperamos que en la reunión en Chile se tomen decisiones fundamentales, que tienen que ver con aspectos de conservación de las ballenas a nivel global", dijo Juan Carlos Cárdenas, director de la organización no gubernamental chilena "Ecoceanos".

La Comisión Ballenera Internacional, que es un organismo que regula la pesca y captura de ballenas, la componen más de 70 países y fue creada en 1946 para proteger a estos animales.

En 1982, cuando varias poblaciones de ballenas estaban casi al borde de la extinción, se aprobó una moratoria a su pesca con fines comerciales que entró en vigor en 1986, pero desde entonces en el seno de la CBI hay posturas que se enfrentan en pro y en contra de la moratoria.

Los países que quieren cazar ballenas, alegan que las poblaciones ya están recuperadas y que el objetivo de la CBI no es la conservación, sino el manejo para asegurar la industria.

Mientras, Japón e Islandia piden cuotas de caza y otros países como Australia, Nueva Zelanda, EE.UU. y Francia, a los que se ha sumado Chile, entre otros, están por su conservación.

El pasado 21 de mayo, durante su cuenta anual ante la nación, la presidenta Michelle Bachelet anunció que declarará los mares de Chile reserva ballenera, lo que fue aplaudido por organizaciones ecologistas y de pescadores artesanales.

La mandataria, además, dijo que su país rechazaría la captura de ballenas para fines científicos en la reunión de la CBI.

Según una encuesta de la consultora privada ADIMARK, dada a conocer en abril pasado, un 97% de los chilenos respalda la creación de una reserva en las aguas jurisdiccionales del país.