Este proyecto, subvencionado por la Comisión Europea y que ha contado con un presupuesto de 1,8 millones de euros, asegura "un verdadero cierre de ciclo" de los materiales, por lo que se consigue un "reciclado completo", según ha informado la empresa vasca en una nota.

Esta iniciativa ha propiciado, además, la definición de unas reglas de diseño de una nueva generación de cables de fibra óptica más ecológicos, con una composición que atenua sus dificultades de reciclado.

Asimismo, otro centro tecnológico vasco, Tecnalia, ha anunciado que está trabajando en desarrollar un método para mejorar el reciclaje de la chatarra electrónica, que en estos momentos ocasiona más de 6,5 millones de toneladas de residuos en Europa.

Su objetivo es conseguir diseñar una máquina que sea capaz de identificar los diferentes componentes de los equipos electrónicos de manera automática, lo que abarataría y acortaría el actual proceso manual.

Según esta entidad, este sistema "representa un avance muy significativo sobre otras técnicas de separación" ya que permite separar elementos del mismo color.

Sus promotores calculan que, por ejemplo, en el caso del aluminio, este método ayudaría a "recuperar entre un 30 y un 40% más de este metal".