El prototipo se ha desarrollado en una tesis doctoral del profesor, Joaquín Roca González, quien ha explicado a EFE que los anestesistas administran la dosis en base a modelos en los que el peso del paciente es determinante, pero en 4 de cada mil casos el enfermo se despierta porque necesita más dosis.

El monitor puesto en práctica con éxito a nivel experimental en el hospital Santa María del Rosell detecta hasta cinco minutos antes de que se produzca, el despertar del paciente cuando está siendo operado, con lo que le da tiempo al anestesista para reajustar la dosis y que no recupere la consciencia.

Este novedoso sistema utiliza técnicas derivadas de la teoría del caos, similares a las utilizadas para el estudio del conocido "Efecto Mariposa" y el prototipo desarrollado estudia la señal del encefalograma, lo que permite al facultativo ver en todo momento el nivel de consciencia del paciente.

Además, el monitor tiene otras aplicaciones como la teleanestesia en localizaciones remotas y así, en caso de una lesión grave, sería posible efectuar los cuidados anestésicos de forma remota, enviando la información sobre la adecuación anestésica al especialista situado en la base de operaciones vía satélite.

La tesis, denominada "Aplicación de técnicas de procesado no-lineal de señales electroencefalográficas para la determinación de la profundidad anestésicas sobre plataforma de bioinstrumentación virtual", con calificación de sobresaliente Cum Laude, está dirigido por Francisco Martínez, del área de Matemática Aplicada y Estadística, y Joaquín Roca Dorda, de Tecnología Electrónica.

Los ensayos se han realizado en el hospital del Rosell, previa autorización del Comité de Ética en Investigación Clínica, y los investigadores han probado el sistema en quince pacientes extraídos de un conjunto inicial de 80, según apunta Roca González.

El sistema propuesto no pretende sustituir al especialista en anestesia, sino servirle de ayuda en la toma de decisiones y su uso podría permitir optimizar la atención a las víctimas de catástrofes en situaciones de emergencia.

Así, un único anestesista de urgencias podría programar la dosificación de cada uno de los pacientes, manteniendo el sistema el nivel de consciencia adecuado.

La información de los equipos sería enviada vía WiFi o Bluetooth con el fin de supervisar el estado anestésico de cada uno de los afectados, para lo cual contaría con el apoyo del personal de enfermería.