El colectivo ecologista indicó, a través de un comunicado, que los mercados tailandeses venden ilegalmente una veintena de especies de tortugas protegidas, como la radiada y la angonoka, ambas con origen en la isla de Madagascar.

La directora del Programa Internacional de Especies Protegidas de WWF, Susan Lieberman, señaló que "las autoridades tailandesas deben emplear más esfuerzo en impedir el mercado ilegal de estos animales y trabajar con los gobiernos de otros países, porque los traficantes de tortugas en peligro de extinción están muy bien organizados".

WWF llevó a cabo un estudio en Bangkok, dentro del programa "Traffic Sudeste Asiático", en el que descubrió en el conocido mercado Chatuchak la venta ilegal de unas 27 especies no autóctonas de tortugas de agua dulce, la mayoría importadas ilegalmente.

Del total de 786 ejemplares a la venta en el citado mercado, 285 estaban incluidas dentro de la lista de la Convención Internacional contra el Comercio de Especies en Peligro de Extinción de Fauna y Flora y, de éstas, 269 eran tortugas radiadas.

El responsable del programa Traffic, Chris Shepherd, explicó que "muchos vendedoras reconocían abiertamente que los especímenes eran introducidos ilegalmente en país e, incluso, daban consejos de cómo conseguir sacar las tortugas del país a través de la aduana y llevarlas en el avión".

La mayoría de los clientes del mercado tailandés son japoneses, malasios y singapureses, que compran como mascotas las tortugas, cuyo valor aumenta cuanto mayor es el grado de su peligro de extinción.

La tortuga angonoka o "tortuga de Madagascar" es posiblemente el ejemplar más raro del mundo y llega a medir hasta 48 centímetros y a pesar unos 19 kilogramos, mientras que la tortuga radiada tiene una coloración muy espectacular y pueden alcanzar los 40 centímetros de largo.