Desde su victoria en las pasadas elecciones de octubre, los liberales de Plataforma Ciudadana (PO) se han lanzado a la carrera tecnológica, con el objetivo de convertirse en un referente de investigación y desarrollo (I+D) para toda Europa, algo que parece que están consiguiendo, ya que empresas como Microsoft, Google o Dell están hoy presentes en Polonia.

También las grandes productoras de tecnología se encuentran cómodas en este país, que, por ejemplo, cuenta con la planta más importante de Europa en la producción de pantallas de plasma y está dentro de los primeros puestos europeos en la fabricación de ordenadores portátiles de última generación.

Donald Tusk, el actual primer ministro, ya lo dejó claro en su discurso de posesión, cuando anunció que el objetivo a medio plazo sería "lograr que Polonia viva un milagro económico similar al que ha tenido lugar en Irlanda", otro de los estados de la UE donde la tecnología se ha hecho con una importante parcela de la economía.

El potencial polaco es evidente, con una población joven, más de dos millones de estudiantes, muy preparada y con salarios todavía bastante por debajo de la media europea, lo que supone un incentivo irresistible si se suma a los constantes fondos que llegan desde Bruselas y que aseguran una riada de inversión pública en los próximos años.

"Con esta apuesta pretendemos crear más empleos, traer a las grandes empresas a nuestro país, mejorar la calidad de vida y hacer que los polacos que viven en el extranjero regresen a casa", explicó a EFE el alcalde de Wroclaw (suroeste del país), Rafal Dutkiewicz, uno de los políticos con más peso en Polonia y al que los medios de comunicación ya sitúan como el próximo presidente de la república.

"Sabemos que aún estamos muy por detrás del resto de Europa y por eso nos esforzamos en dar cuanto antes ese salto a la modernización y el desarrollo", asegura Dutkiewicz.

Wroclaw, la ciudad que gobierna Dutkiewicz, es un modelo a seguir en Polonia, ya que es referente nacional en la I+D y cuenta con uno de los principales parques empresariales del país, donde destaca la planta de electrodomésticos de la española Fagor Mastercook, una de las pioneras en el Este de Europa y bandera de enganche para otras empresas vascas que han aterrizado en la región.

El interés de sus compañías por este municipio llevó al gobierno del País Vasco a abrir recientemente una oficina de apoyo para las empresas de su comunidad que deseen asentarse en la zona.

Wroclaw se ubica en la Baja Silesia, geográficamente en el centro de Europa, y genera más del 8% del PIB de Polonia, con un potente sector de electrodomésticos y automoción, representada por Volvo, Volkswagen y Toyota, así como una industria de bienes de equipo eléctrico, en la que destacan ABB, Alshtom y LG Philips.

El siguiente paso de esta próspera ciudad, con 700.000 habitantes y el segundo presupuesto más importante del país, es lograr ser la sede del futuro Instituto Europeo de Tecnología (IET), un centro similar al Instituto Tecnológico de Massachusetts de EEUU, que aspira a partir de 2009 a revolucionar la investigación y la innovación en la UE, para poder competir con Norteamérica y Asia.

El IET es parte de la estrategia de Lisboa adoptada en 2006, y pretende ser una órgano flexible en el que se formen licenciados y doctores, y donde se fomente la investigación y la innovación, tanto en ámbitos estratégicos como en la gestión científica y de desarrollo, algo que se trasladará a la competitividad de la Unión.

"A la media hora de que se anunciase el proyecto nosotros fuimos los primeros en ofrecernos como sede", dice orgulloso Dutkiewicz, que espera que su ciudad se imponga frente a Budapest, Viena-Bratislava y Sant Cugat, la apuesta española para acoger este instituto, cuya ubicación definitiva se conocerá este mes de mayo.

"Ya perdimos la organización de la Exposición Universal de 2012, que será en Corea, y no queremos volver a fracasar", apuntan desde el ayuntamiento de la ciudad sin perder la esperanza.

Eso sí, "modernización pero manteniendo la cultura y los valores nacionales", afirma el alcalde de Wroclaw, que aunque liberal en la economía se confiesa "profundamente conservador".

Así es la actual Polonia, tras los dos años del polémico gobierno de los gemelos Kaczynksi, una nación conservadora que mira al futuro del desarrollo y de las nuevas tecnologías, porque como dice Rafal Dutkiewicz, quizá el próximo presidente de la república, se puede ser al mismo tiempo profundamente conservador, ferviente partidario de la Unión Europea y apostar por la renovación total del país.