Habitantes y promotores turísticos a la par son cómplices en la preservación de las riquezas naturales de estos parajes de ensueño, orgullo de sus escasos pobladores, según comprobó Efe en un recorrido por la península, que ya asombró a piratas y exploradores siglos atrás.

A Osa no llegan las grandes cadenas hoteleras ni los desarrollos inmobiliarios que abundan en las más conocidas provincias de Guanacaste (Pacífico norte) y Puntarenas (Pacífico central), y "ojalá nunca lo hagan", según proclaman sus vecinos.

En la Península de Osa hay misteriosas esferas de piedra precolombinas, testigos de un pasado indígena poco conocido, ballenas jorobadas, delfines, jaguares, pumas y el Parque Nacional Corcovado, una de las zonas vírgenes con mayor concentración de biodiversidad del planeta, en comparación con su tamaño.

En el Área de Conservación de Osa hay 3.006 especies de plantas, el 50 por ciento de las especies de animales del país y además posee el 71,5 por ciento de los manglares de Costa Rica, incluido el de Sierpe, el más grande de Centroamérica.

El presidente de la Cámara de Turismo de Osa, Luis Centeno, explicó a Efe que esta organización ya tiene 16 años "de trabajar en pro de conservar un destino diferente", que quieren dejar a sus "próximas generaciones".

"Queremos un Osa para toda la vida y conservar al máximo sus bellezas. Estamos convencidos de que somos la última alternativa en opciones para el desarrollo (turístico) en Costa Rica, pero ha sido un letargo positivo porque hoy nuestros niños saben lo que es conservar y mantener el equilibrio con la naturaleza", afirmó.

La Península de Osa está dentro de las 25 zonas con mayor concentración de biodiversidad del mundo y en sus 160.000 hectáreas de extensión, alberga al impresionante Parque Nacional Corcovado.

Corcovado es una zona aún virgen que alberga bosques muy húmedos, bosques nubosos, manglares, humedales, lagunas, playas y arrecifes coralinos, donde habitan especies en peligro de extinción como los jaguares y los pumas, los felinos más grandes del continente.

Considerado una de las zonas con mayor biodiversidad del planeta (dos por ciento), en el parque viven más de 500 especies de árboles, 140 de mamíferos, 367 clases de pájaros, 40 especies de peces de agua dulce y 117 anfibios documentados.

También están censadas en la Península cerca de 5.000 especies de plantas y 700 de árboles, y un tres por ciento de la flora de esta zona es endémica, no existe en ningún otro lugar del planeta.

Además, allí hay 375 especies de aves, 124 especies de mamíferos y 8.000 de insectos, muchos fácilmente avistados por los múltiples senderos, bosques y cercanías de los hoteles de la zona.

La Isla del Caño y Bahía Drake, dos lugares de una asombrosa belleza natural, también son puntos turísticos vitales de la zona por su historia, relacionada con los viajes de piratas que se abastecían de agua dulce en el lugar, lo utilizaban para esconderse y, dicen, hasta para esconder tesoros.

La oferta turística se caracterizada toda por pequeños pero cómodos hoteles ecológicos, que generan un encadenamiento productivo para la población, deprimida tras el cierre, décadas atrás, de las empresas bananeras que operaban en el área.

Los habitantes de Osa han encontrado en el turismo una forma de subsistir, ya que su pericia en artes pesqueras les permite brindar servicios de transporte en lancha para los visitantes y muchos que eran cazadores, ahora se han convertido en guías turísticos.

Costa Rica, país ubicado en el centro de América, es considerado un puente natural para las especies que se trasladan por el continente y con sólo el 0,03 por ciento de la superficie terrestre alberga el cuatro por ciento de la biodiversidad mundial.