Todas las ballenas cazadas por Japón el año pasado fueron de la especie minke, la más común y más pequeña de los cetáceos, e incluye a la ballena azul, de 110 toneladas, y a otros como la ballena jorobada, el rorcual de Rudolphi y el rorcual común.

La flota nipona preveía cazar 850 ejemplares de esta especie, además de medio centenar de ballenas de aleta.

Los seis barcos japoneses, que arribarán mañana a puerto, comenzaron en noviembre la caza bajo un programa de investigación científica.

La crítica internacional provocó que Japón renunciara voluntariamente a la caza de 50 ballenas jorobadas, cuya caza le estaba permitida asimismo.

La misión ballenera se suspendió durante un mes a consecuencia de unos actos de sabotaje en la Antártida por parte de la organización ecologista Sea Shepherd en enero, cuando varios activistas abordaron un ballenero nipón y le arrojaron bombas fétidas.

En total, el pasado año Japón cazó un sesenta por ciento de la cuota anual de ballenas que la Comisión Ballenera Internacional (CBI) permite pescar a este país.