Así lo ha informado hoy el CIEMAT en un comunicado a raíz de la información que publica El País en la que asegura que España ha hallado dos zanjas de tierra altamente radiactiva que el Ejército estadounidense ocultó en los terrenos de Palomares, que en 1966 se vieron afectados por la caída de dos bombas atómicas de Estados Unidos.

El CIEMAT señala que una inspección por georradar del subsuelo ha permitido localizar dos trincheras, que pudieron ser utilizadas en los trabajos llevados a cabo en 1966 y que podrían contener diversos materiales, desde vegetales hasta herramientas, con distintos grados de contaminación.

Desde 2004, este organismo ha acometido, en colaboración con las administraciones autonómica y local, las labores de vigilancia radiológica en 40 hectáreas de terreno del municipio almeriense.

Tras la expropiación de los terrenos afectados por el accidente, el CIEMAT ha puesto en marcha, bajo la supervisión del Consejo de Seguridad Nuclear, el Plan de Investigación Medioambiental.

Los primeros trabajos, iniciados en 2007, se dirigieron a la elaboración de un mapa radiométrico superficial y otro en profundidad, incluyendo la recogida de muestras de suelo (hasta una profundidad máxima de 15 centímetros) para su posterior análisis en laboratorio.

Además, se están llevando a cabo sondeos y tomas de muestras significativas en las diferentes profundidades alcanzadas para su análisis, cuyos resultados no se conocerán hasta finales de 2008.

Como consecuencia de las actividades se han registrado más de 300.000 datos radiológicos georreferenciados, se han medido las tasas de dosis en contacto y a un metro de altura y se han adquirido espectros gamma 'in situ' con detectores FIDLER en más de 580 puntos, señala el comunicado.

También se han recogido más de 1.700 muestras inalteradas de suelo que ya han sido procesadas en las instalaciones del CIEMAT en Palomares y cuyos resultados finales estarán disponibles a finales de 2008.

Este organismo asegura que en las determinaciones radioanalíticas en laboratorio participan grupos científicos de reconocido prestigio.

En los 40 años que el CIEMAT lleva realizando la supervisión continúa de personas y del medio ambiente en toda la zona, "los valores obtenidos se sitúan en un rango de normalidad y no suponen riesgo radiológico significativo para las personas".