Esta iniciativa, de un grupo de científicos de la Universidad Ben Gurión del Neguev, se debe a la disminución progresiva de una campo de flores de la familia de la Iris Atropurpurea que está situado a las afueras de la ciudad de Natania, unos 20 kilómetros al norte de Tel Aviv, informa hoy el diario Haaretz.

Desde hace años, las abejas han dejado de visitar el lugar porque para llegar deben cruzar la autopista que conecta Tel Aviv con Haifa, la segunda más transitada de Israel, con los riesgos que ello conlleva.

"No tenemos claro por qué, pero aparentemente el ruido, la contaminación y la necesidad de volar más alto para pasar encima de los coches, provoca algún tipo de trauma (en las abejas) que les impide cruzar", dijo al diario el investigador Yuval Sapir.

El resultado es que la abejas ya no pueden disfrutar de su lugar habitual de refugio en los días de frío, las flores han perdido su principal mecanismo de polinización y el campo se está reduciendo de forma progresiva.

La flor en cuestión, también conocida como iris púrpura oscura y que aparece por un breve período en invierno, sólo crece en Israel.

Para salvarla los científicos han propuesto a la Alcaldía de Natania la construcción de un "corredor ecológico" por el que las abejas puedan pasar al otro lado y cumplir su misión.

La propuesta incluye la construcción de un puente sobre la carretera que, en lugar de ser asfaltado, será convertido en un jardín botánico con las especies que atraen a las abejas, entre ellas el iris.

Sapir espera que con las condiciones apropiadas el puente se convierta en un corredor por el que las abejas se trasladen de uno a otro lado, y resolver los incesantes problemas que la modernización plantea a estos insectos.