- ¿Cómo se llevan a cabo en la actualidad las inspecciones dirigidas a atajar la pesca ilegal?

-Lo que hacen muchos países es una inspección al azar. Lógicamente puedes cazar a un ilegal o no, porque es un tema de estadística, por eso también estamos promoviendo desde FAO un análisis de riesgo. Ver qué buques según la información que te facilitan tienen más o menos riesgo según su historial de cumplimientos. Así, si tienes que hacer dos inspecciones por lo menos sabes los dos con más posibilidades. De esta forma logras también un efecto disuasorio, en el sentido de que se lo pensarán dos veces antes de cometer una ilegalidad.

- Similar objetivo persiguen los controles que desde el 15 de marzo se llevan a cabo en O Berbés. ¿Está al tanto?

- Sí, y en mi opinión, eso eleva aún más los altos estándares de control que tiene el Puerto de Vigo. Además, España lleva años implicándose a fondo en la lucha contra la pesca ilegal, incluso haciendo más de lo que se pide. Es un gran ejemplo.

- Entre el sector hay quienes alarman con que los barcos de Vigo se irán a otros puertos.

- Al contrario. El control para los pescadores legales es una manera de asegurarse de que su producto obtendrá una buena entrada en los mercados internacionales. Si no tienen nada que ocultar, pasan sin problemas el control, su historial de cumplimiento será muy bueno y su descarga tendrán buena acogida entre los compradores y aumentará su confianza en estos buques. Por tanto yo pienso que es una buena iniciativa que generará un crecimiento económico en los puertos que están aplicando el control de esta manera. Si un buque legal, que cumple, sabe que viniendo a puertos como el de Vigo va a ser clasificado como de bajo riesgo porque habrá demostrado sobradamente su buen hacer, no le harán perder el tiempo y dispondrá de facilidades para introducir su pescado en el mercado.

- Pero puede que se traslade el negocio a otras zonas.

- Si no cometes ilegalidades nada tienes que temer. Puertos como el de Vigo con estos controles estrictos atraerán a los buenos operadores de pesca y generarán más negocio. Puede que al principio los ilegales se vayan a otros puertos y hagan crecer cierto beneficio allí, pero a medida que los países vayan firmando y cerrando los puertos a los ilegales estos irán a menos y será muy obvio que el pescado que entra por ciertos puertos es ilegal. Con lo cual, los mercados principales que son la Unión Europea, Estados Unidos y Japón, por ejemplo, ya no comprarán productos que vienen de esos muelles.