Ángel Martín (Barcelona, 1977) llega este fin de semana a Galicia con "Lo de hablar", un monólogo que resume los tres años que lleva, dice, desconectado de la comedia. "Es muy personal y tiene mucho que ver con un reajuste del tono -explica-. Hay gente que me conoce de 'Paramount Comedy', 'Sé lo que hicisteis', 'Órbita Laika' y 'Solocomedia', e iba siendo hora de hacer una puesta al día de quién soy, dónde he estado y cuál es mi tono".
-Tu tono "serio" recuerda un poco al estilo de Eugenio. Es difícil verte riéndote abiertamente.
-No sé si es tanto el no reírme o el decir las cosas de manera seria. Me pone muy nervioso cuando un cómico se ríe de sus propias bromas. Yo me río la primera vez, cuando las encuentro en casa preparando el material. Luego, cuando una broma se repite mil veces deja de hacer gracia. Pero es una cosa personal mía. En ningún momento he pensado: "Voy a ser el tío que no se ríe".
-¿Cómo va el proyecto de Solocomedia?
-Surgió hace siete años, después de varios amagos de proyectos parecidos. Hubo un parón y decidí retomarlo. Es una cosa muy parecida a "Funny or Die". Cuando lo vi hace once o doce años, con Will Ferrell, Adam McKay y Chris Henchy, me pareció muy interesante ver a gente que normalmente hace cine haciendo piezas pequeñas para internet. Me tiré de cabeza a eso. Es interesante por la ausencia de peajes. En tele, cuando tienes una idea tienes que pasar por veinte mil filtros antes de poder hacerla. Internet te permite hacer la idea tal y como quieres hacerla. Estoy muy contento.
-Se publicó que habías fichado por Atresmedia...
-Es un malentendido. La gente pone el titular como le conviene. No he fichado por Atresmedia. Flooxer, que es de Atresmedia, se puso en contacto con Solocomedia para ver si podía hacer un canal de Solocomedia dentro de la oferta de Flooxer, con un vídeo semanal para ellos. Pero no hay ningún tipo de contrato de exclusividad. La televisión me enamora en base a los proyectos que haya. Cuando surge algo que te interesa en televisión, como "Órbita Laika", te apuntas, porque la gente que está detrás te interesa más que el medio. Si me dejan hacer es fácil que me apunte. Si no, no.
-¿Haber hecho "Sé lo que hicisteis...", haciendo humor de las pifias de los programas, te ha podido cerrar puertas en ciertas cadenas privadas?
-No me lo he planteado y me la pela, sinceramente. No soy un tío que piense que no debería haber hecho tal o cual cosa porque le cerraron puertas. La prueba es estar currando para Atresmedia, haber presentado los premios Feroz en la privada, haber hecho en TVE en "Órbita Laika" y haber pasado por las privadas haciendo promoción cuando he hecho teatro. Si alguna productora me ha cerrado puertas por lo que hice me parece bien, no tengo problema. He estado muy convencido de cada cosa que he hecho.
-Tendrás mil anécdotas de "Sé lo que hicisteis...".
-Fueron cinco años a diario, así que imagínate. Aunque muchas se me van olvidando, porque ya hace diez años del programa. Fue muy divertido, la verdad.
-En la última etapa ya no hacías todo el guión.
-En el último año participaba menos. Estaba viendo cómo hacer un cambio de rumbo. El programa ya iba sobre ruedas y había equipos de guiones. Delegaba un poco más de lo habitual, pero siempre estaba pendiente, porque siempre al final siempre eres tú el que dice tal o cual cosa.
-Tienes 357.000 seguidores en Twitter. ¿Sufres ataques habitualmente?
-Mi relación con las redes sociales es muy relajada. Por el tipo de trabajo que hago es difícil que haya gente que te meta en movidas. Siempre tienes algún gilipollas que de pronto te pone alguna estupidez. Tenemos mucha tendencia a leer el titular y no ir más allá. A veces te siguen sin saber quién eres, ni qué has escrito antes, ni el contexto... Siempre hay alguien que básicamente es imbécil y te insulta, pero en mi caso no es lo habitual. Como herramienta de trabajo es perfecta y como entretenimiento y filtro de información es muy interesante, siempre que no te absorba. Yo antes era de los de "¡bah...!". Y ahora tampoco soy de los que se levantan y tuitean: "Feliz lunes, voy a desayunar esto".
-¿Cómo enfocas un fin de semana como este, con tres actuaciones en tres lugares diferentes de Galicia?
-Las visitas de curro las aprovecho para currar. Cuando estás en tu ciudad tienes más cosas que hacer y más despistes. Casi siempre mis visitas a las ciudades son una desconexión que aprovecho para ponerme al día en el trabajo. En tu ciudad ya sabes lo que funciona. Las actuaciones fuera sirven para comprobar si tu humor sigue conectando con la gente. Corriges, ajustas... Me viene bien para oxigenar y salir de la comodidad de "jugar en casa".
-Eres cómico "residente" de una sala de Madrid.
-Sí, estoy instalado cada sábado en La Chocita del Loro, en la Gran Vía, al lado de Plaza de España. Allí tengo espectáculo todos los sábados, menos este que sería muy raro... [risas] Ahí juegas sobre seguro, conoces el escenario, la gente, el medio... En las actuaciones de fuera siempre hay un pelín más de nervios, no hay posibilidad de corregir. Estás obligado a dar el doscientos por cien.
-El público a veces es imprevisible.
-No sabes por dónde van a salir. A mí, en Valencia, en un espectáculo que tenía con Ricardo Castella me tiraron un trozo de pan. En los monólogos, si alguien se pone pesado, lo puedes mandar callar. En eso no tengo piedad. Pero salir fuera es delicado. Me divierte, y si la gente va se agradece más. Si no hay nadie en el teatro es más triste. Pero la gente te suele recibir con los brazos abiertos. Por el tipo de curro que he hecho tengo pocos enemigos.
