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CINE

Luis Tosar se hace fuerte en la pantalla

El actor gallego comanda el potente reparto de "1898. Los últimos de Filipinas", que recrea la resistencia de los soldados españoles en Baler

Luis Tosar (d.), en "1898. Los últimos de Filipinas". // Sony Pictures

Decía Camilo José Cela, del que este año se celebra el centenario de su nacimiento, que "el que resiste, gana". Los últimos de Filipinas no ganaron la batalla, pero sí el juicio de la historia. El asedio que sufrieron durante 337 días es un relato que merecía ser contado en condiciones, con un presupuesto importante -seis millones de euros- y un reparto atractivo, con Luis Tosar como Saturnino Martín Cerezo, el héroe militar que encabezó la resistencia en la Iglesia de Baler, en Filipinas. Junto a él, el también gallego Javier Gutiérrez, Eduard Fernández, Carlos Hipólito, Karra Elejalde y Ricardo Gómez, conocido por ser el protagonista de la serie "Cuéntame". La película, dirigida por el debutante Salvador Calvo, cuenta con el respaldo de las cadenas TVE y 13TV.

Además del teniente Martín Cerezo, encarnado por Tosar, hay otro Cerezo imprescindible en esta película: Enrique Cerezo, el poderoso productor de cine español que auspició la lucrativa "saga Torrente" y que preside también el glorioso Atlético de Madrid. Y es que hacía falta músculo financiero para llevar al cine este argumento sobre uno de los episodios más increíbles de la historia de España. El único largometraje que lo había contado hasta ahora data de 1945, en pleno franquismo, y hace unos meses la serie de TVE "El ministerio del tiempo" dedicó uno de sus capítulos al sitio de Baler, el último territorio del imperio español en caer.

Baler era una aldea de la isla de Luzón (Filipinas) situada en plena selva y sin ningún tipo de conexión con Manila, la capital. En la noche del 4 al 5 de octubre de 1897, el destacamento español (50 hombres) fue asaltado por la resistencia filipina. Los mandos militares españoles en Manila decidieron que no había que rendirse y enviaron a otro grupo de 50 hombres. El mando lo ostentaba el capitán Enrique de las Morenas y le acompañaban el teniente Martín Cerezo (Tosar), un médico llamado Vigil (encarnado por Carlos Hipólito) y un religioso, Fray Cándido (Karra Elejalde). Javier Gutiérrez da vida al resistente más recalcitrante y brutal, el sargento Jiménez, que termina desencantado y exclamando "¡'A la mierda España!".

Salvador Cano -que dirigió la miniserie televisiva "Alakrana" y debuta en el cine- aseguró esta semana, durante la presentación de la película en Madrid, que el guión del cubano Alejandro Hernández es fiel a los hechos históricos, aunque algunos personajes son inventados, como el de Álvaro Cervantes, un soldado recién llegado que se encarga de restaurar las pinturas de la iglesia de la aldea. Cervantes se convierte en el narrador de la película y en la figura inocente que ve la guerra ante sus ojos, una figura similar al personaje de Chris Taylor (Charlie Sheen) en la también antibélica "Platoon" (1986), de Oliver Stone.

Ni la falta de refuerzos, ni la escasez de provisiones, ni la epidemia de beriberi (enfermedad provocada por la falta de vitamina B1) ni las noticias que les trae un correo español sobre la derrota de la armada española convencen a Martín Cerezo, que se ha hecho fuerte con sus hombres en la iglesia de Baler. "No sé lo que ha ocurrido en Manila, pero aquí vamos a pelear hasta el último hombre", dice. Los tagalos hacen llegar a los españoles diarios de Madrid que anuncian el fin de la guerra -a cambio de 20 millones de dólares pagados a Estados Unidos-, pero Martín Cerezo sostiene que esos periódicos están falseados. Un día llega a la iglesia un teniente coronel del Ejército Español con la orden de que abandonen la plaza, pero Martín Cerezo le echa de allí. "No vais a morir por España, ¡vais a morir por idiotas!", le espeta el teniente coronel.

Rodada en escenarios selváticos de Guinea y Canarias, sin recurrir a fondos digitales, la película muestra, según Luis Tosar, "lo absurdo de la guerra. Los civiles verían a los españoles como extraterrestres, algo que no debe ser muy diferente en Siria: cualquier soldado seguro que tiene la misma sensación de 'qué pinto yo aquí'", apunta el actor lucense.

"Es una película bélica de mensaje antibelicista -explica Tosar-; cuenta la historia desde los personajes y es el espectador el que pone el nivel antibelicista".

Eduard Fernández, que da vida al capitán Enrique de las Morenas, discrepa en parte con su compañero, al precisar que la película "no es antibelicista, sino una crónica de personas que incide en los seres humanos. Nuestra intención era no torcer lo que ocurrió para que resulte algo antibélico; es una película de una guerra".

En cualquier caso, "1898. Los últimos de Filipinas" llega hoy a la cartelera, un tanto revuelta últimamente por polémicas sobre el patriotismo y los supuestos efectos del boicot a Fernando Trueba y su película "La reina de España". Y es que hay cosas que no han cambiado en 118 años.

Treinta años de "Senderos de gloria" en España

  • Si hay que hablar de cine antibélico, "Senderos de gloria" es la película de referencia. Aunque fue estrenada en 1957, esta producción estadounidense dirigida por Stanley Kubrick no llegó a los cines españoles hasta octubre de 1986, por lo que para nosotros acaba de cumplir treinta años.El régimen de Franco prohibió la película por su contenido antimilitarista, pero España no fue el único país donde "Paths of glory" -ese era su título original- tuvo dificultades. Salió adelante gracias al compromiso personal de Kirk Douglas, que ya entonces era una estrella del celuloide. No así, Kubrick, que con este título entró en el olimpo de los grandes directores de Hollywood.Su proyección en Bruselas, en 1958, desató protestas de Francia por la imagen que proyectaba del ejército francés. La United Artists eludió presentar la película en el país galo, adonde no llegó hasta 1975. Suiza, Canadá y Marruecos también la prohibieron.El argumento presenta un consejo de guerra contra tres soldados del ejército francés elegidos al azar por sus superiores para depurar su presunta responsabilidad en un ataque frustrado durante la I Guerra Mundial.Kubrick alegó que "Senderos de gloria" "no transmite mensaje alguno" ni va "ni en contra ni a favor del ejército". "Como máximo, es una película contra la guerra, que puede llevar a los hombres a semejantes conflictos de conciencia", dijo. Sea así o no, ha pasado a la historia como obra maestra y título pionero del cine antibélico.

Gallegos entre los últimos

  • Tres gallegos, los soldados José Martínez Souto, Vicente Pedrouzo Fernández y Bernardino Sánchez Caínzo, figuraban entre los 33 supervivientes del asedio que, durante casi un año, sufrió la iglesia de Baler durante la guerra colonial, como ha recordado en el suplemento Estela de FARO Salvador Rodríguez. Fueron José Martínez Souto, de 19 años, natural de la parroquia de San Julián de Almeiras, en el concello de Culleredo; el carballinés Vicente Pedrouzo Fernández y el lugués (de Guitiriz) Bernardino Sánchez Caínzos, ayudante sanitario, también hijo de labradores y nacido en 1876. Según Juan José Rocha, autor de "El último de Filipinas de Almeiras", "aunque todos figuraban teóricamente como voluntarios, la realidad es que lo que los hizo partir a la guerra fue la precariedad en la que vivían en sus aldeas y la posibilidad de ganar un dinero que les vendría muy bien, a ellos y a sus familias, aunque fuese a costa de arriegar sus vidas".

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