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Todavía es Sting después de todos estos años

"57th & 9th", su primer álbum original desde 2003, compendia casi todos los estilos abordados por el músico británico en sus cuatro décadas de trayectoria

En "50.000" reflexiona sobre la mortalidad tras las muertes de Bowie y Prince

Cuando Sting publicó su anterior álbum original de rock y pop, "Sacred love" (2003), aún estaba Aznar en La Moncloa, Iniesta jugaba en el filial del Barcelona y el iPhone todavía era un sueño en la inquieta mente de Steve Jobs. Trece años son muchos, también en el mundo de la música popular, donde los lanzamientos llegan y caen en el olvido con inusitada velocidad. "57th & 9th", el nuevo álbum de rock del músico de Newcastle tras un disco de música renacentista ("Songs from the labyrinth", 2006) y la banda sonora de un musical ("The Last Ship", 2013), compendia todos los palos que ha tocado Sting desde sus inicios con The Police hasta la actualidad. Parafraseando una canción de Paul Simon, con el que realizó una gira conjunta (2014-2015), todavía es Sting -con sus virtudes y sus defectos- después de todos estos años.

"Mi idea es sorprenderme a mí, siempre, y a las personas que trabajan conmigo; y esperemos que, también, a la audiencia", dijo Sting antes del lanzamiento del álbum. Pues bien, después de una trayectoria tan larga, en la que ha tocado casi todos los estilos, desde el punk rock hasta la música clásica, pasando por el pop, el folk, la música clásica y el jazz, había poco margen para la sorpresa. Ha vuelto con los músicos que le han acompañado el último cuarto de siglo, el versátil Dominic Miller a la guitarra y el virtuosísimo Vinnie Colaiuta a la batería, y ha vuelto para hacer lo que mejor sabe hacer: todo.

La primera canción que se conoció de este álbum hizo pensar a algunos que Sting retomaba el sonido del primer álbum de Police, "Outlandos d'Amour" (1978). Ciertamente el rock directo de "I can't stop thinking about you" recuerda al de "Truth hits everybody", de aquel debut del famoso trío, pero Sting, con 65 años de almanaque, ya ha declarado en repetidas ocasiones que no es nostálgico del grupo que le dio fama.

"50.000", el segundo corte, se inicia con un riff de guitarra eléctrica que augura una canción de rock para estadios, pero a los 34 segundos adopta el tono sombrío del álbum "The soul cages" (1991) para reflexionar sobre la mortalidad, también la de las estrellas del rock, tras las muertes de su amigo David Bowie y de Prince.

"Down, down, down" e "If you can't love me" son dos canciones sobre rupturas sentimentales. Lo cuenta el propio Sting en las notas del disco. La primera es un pop muy directo y sencillo, mientras que la segunda, en clave de jazz, es uno de los temas más emotivos del disco y tiene la complejidad rítmica que caracterizaba a la mayoría de los temas de "Ten summoner's tales" (1993) y "Mercury falling" (1996).

Sting tira de ironía británica para reflexionar sobre el cambio climático en "One fine day", una canción de pop pegadizo claramente candidata a sonar en las radios.

"Pretty young soldier", en la que destaca la guitarra de aires country de Dominic Miller, vuelve a demostrar la capacidad de Sting para convertir las canciones en pequeños relatos.

"Petrol head" recuerda a "She's too good for me" (1993) y contiene las guitarras más distorsionadas del disco. Miller se atreve con el pedal whammy, popularizado por Tom Morello (Rage Against the Machine).

"Heading South on the great North road", a voz y guitarra, parece un tema extraído de las sesiones de "The last ship", mientras que "Inshallah", canción que Sting interpretó en la reapertura de la sala Bataclan, recupera la ambientación árabe de "Desert rose" (1999) para abordar la crisis de los refugiados "desde un punto de vista humanitario, no político -matiza Sting-. No creo que ninguna canción pueda articular una solución política viable".

"The empty chair" es una elegía dedicada a James Foley, el fotoperiodista brutalmente asesinado por el Daesh en Siria hace dos años. En clave de folk, está basada en la banda sonora de un documental sobre Foley compuesta por Josh Ralph. Sting la tocó en el festival de Sundance en presencia de la familia de Foley.

"57th & 9th", grabado cerca de dicha intersección de Nueva York y producido por Martin Kierszenbaum (Lady Gaga, Madonna), no pasará a la historia como uno de los mejores álbumes de Sting, pero tampoco decepcionará a los que han esperado 13 años por su nuevo trabajo.

Sting actuará el próximo 21 de marzo en el Sant Jordi Club de Barcelona. Las entradas salen hoy a la venta.

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