Después de todo el ruido, algo de furia y el torrente de entrevistas que ha concedido Iván Ferreiro estos días, hay que dejar claro que "Casa" es un gran disco, quizá el mejor que haya publicado nuestro paisano en solitario. También es "Casa" un trabajo sorprendentemente variado, tal vez porque parte de influencias diversas nunca antes reveladas -eso ha dicho Amaro Ferreiro- y se apoya en un buen puñado de colaboradores, amigos todos. Es el caso de la magistral "Farsante", que desarrolla una idea de Leiva; y de "Tupolev", con el sello inconfundible de Nicolás Pastoriza. "Casa, ahora vivo aquí", con ese arpegio de guitarra entre los Smiths y China Crisis, deja claro que estamos ante un disco positivo y luminoso, por mucho que las letras, torrenciales y atormentadas, apunten a veces en la dirección contraria. "La otra mitad" tiene una cadencia beatleliana (rama McCartney) irresistible; "Los restos del amor", con los coros de Martí Perarnau (Mucho) es, probablemente, lo más parecido al lounge que ha hecho Iván Ferreiro; "El viaje a Dondenosabidusientan" coquetea con la electrónica, y "Dies Irae" parte del rock urbano para desembocar en una canción cien por cien Ferreiro. No sabemos si ha sido más difícil la tarea de Ricky Falkner, que ha logrado dar coherencia a esta docena de canciones tan variopintas, o la papeleta de escoger el próximo single de "Casa". Y es que hay mucho y muy bueno donde elegir. // Rafa López