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VISADO | De perdidos al Hudson

Clint Eastwood dirige a Tom Hanks como "Sully", el piloto que logró amerizar un Airbus con 155 personas a bordo en el río que discurre al oeste de Manhattan

Clint Eastwood (iz.) y Tom Hanks, en el rodaje de "Sully". // Warner Bros

Tres minutos y 28 segundos. En menos de lo que dura la canción "Hello, goodbye", de los Beatles, el capitán Chesley Sullenberger logró descender el Airbus A320 que pilotaba y poner a salvo a los 155 pasajeros y tripulación a bordo. "Llevo 40 años volando, pero al final me van a juzgar por 208 segundos", dijo el piloto. Y de eso trata "Sully", la película de Clint Eastwood que llega hoy a las pantallas españolas con Tom Hanks encarnando al "héroe del Hudson". La crítica de Estados Unidos ha otorgado un notable a este homenaje de Eastwood (86 años) a la profesionalidad y al heroísmo, resaltando el gran trabajo de Hanks, que se pone por primera vez a las órdenes del oscarizado director de "Sin perdón" (1992).

La historia tuvo, lógicamente, mucha mayor resonancia en Estados Unidos que en nuestro país. En la tarde del 15 de enero de 2009, el vuelo 1549 de US Airways con destino a Charlotte (Carolina del Norte) amerizaba en pleno río Hudson, cerca de la orilla oeste de Manhattan, minutos después de despegar de LaGuardia, el segundo aeropuerto de Nueva York. El aparato se había quedado prácticamente sin impulso de sus dos motores por el choque de una bandada de gansos canadienses, unos pájaros que pueden llegar a pesar más de seis kilos. Era mucho más de lo que podía soportar el diseño de la aeronave. Aterrorizado por el súbito silencio de ambos motores, y a solo 850 metros del suelo, el comandante Chesley Sullenberger, apodado "Sully", decide que la mejor opción es amerizar en el ancho río Hudson. Estima que no hay tiempo ni energía para volver a LaGuardia ni a ningún otro aeropuerto cercano.

"Era la opción menos mala", afirma el propio capitán Sullenberger. Tras perder la propulsión de ambos motores del A320, se dio cuenta inmediatamente de que el río Hudson, que discurre entre Nueva Jersey y el lado oeste de Manhattan, era la salvación: "No había ningún otro sitio en el área metropolitana de Nueva York lo suficientemente largo, ancho o plano como para aterrizar un avión de pasajeros".

"Sully conocía esa zona", comenta Clint Eastwood. "Sabía dónde aterrizaban los helicópteros y dónde estaban los ferris, así que escogió el lugar exacto adonde podría llegar rápido la ayuda. No era como amerizar en mitad del océano; sabía que alguien los vería".

Y así ocurrió. Los servicios de emergencia acudieron rápidamente y nadie resultó gravemente herido. Sullenberger se cercioró de que no quedaba nadie en la cabina antes de abandonar la aeronave en último lugar. "Cualquier persona que mantiene la calma cuando algo va mal, que puede resolver los problemas sin entrar en pánico, tiene un carácter superior y resulta interesante verla en una película -explica el director-. El conflicto real vino después, cuando el consejo de investigación cuestionó sus decisiones aunque hubiese salvado tantas vidas".

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