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VIÑETAS

El mejor amigo del hombre

La biografía de un editor se convierte en un emotivo relato acerca de la amistad de un joven con un perro de compañía

Una de las viñetas de 'PDM. Paquet de mierda'

Entre todos los temas posibles que podían servir de guión a un cómic, la biografía de un editor quizás sea la más inesperada. Porque Paquet de mierda narra la vida de Pierre Paquet a través de los dibujos de Jesús Alonso Iglesias. Y como era de esperar, no es una biografía convencional, porque, aunque refleje su trabajo en varias partes de la obra, en realidad se trata de una crónica de sus amores y desamores, entre los que se incluyen varias mujeres y sobre todo? ¡un perro!

La historia comienza in extremis, porque en las primeras páginas vemos a un Pierre Paquet que, tras tratar de atrapar una estrella en el cielo con su mano, está tan abrumado que no puede evitar romper a llorar y corre por las calles de una ciudad con una bolsa de basura en la mano. Entonces comienza la narración a modo de flashback, de tal manera que no sabremos el porqué de este inicio hasta la última página. Esta técnica literaria que consiste en comenzar la narración por el final atrapa la atención del lector siempre y cuando el relato esté bien estructurado, y en este caso es indudable que lo está.

La existencia de Pierre Paquet a partir de tomar la decisión de dedicarse a la edición se retrotrae en ocasiones a su infancia, pero al modo de un samurái haciéndose el seppuku, lo que se conoce erróneamente como el harakiri, es decir, poniendo sus entrañas en las viñetas, realiza una confidencia de todas sus desdichas y alegrías como no se había visto desde la publicación de Nova-2 de Luis García.

El perro, que se convierte en amigo y confidente mudo del guionista, es un cruce entre un galgo afgano y un perro de montaña de los Pirineos que termina convirtiéndose en el auténtico protagonista. El can consigue lo que no logran un sinfín de mujeres: llenar un vacío interior que arrastraba desde su infancia por el desamor causado por la temprana muerte de su padre.

A parte de la rareza que supone la propuesta del guionista, otro pilar fundamental de la obra es el dibujo de Jesús Alonso Iglesias, que se mueve entre el realismo y la caricatura y compone unas escenas cuyos personajes y paisajes parecen inacabados y sin embargo están dotados de una estilización y elegancia poco comunes. Quizás por ello los protagonistas tienen unos rostros que transmiten gran expresividad. Otro aspecto a destacar es el uso de una amplia paleta de colores que crean ambientes alegres y optimistas, o deprimentes y asfixiantes, hasta el punto de convertirse en parte de la narración. Jesús Alonso Iglesias consigue estar a la altura del reto que supone una obra en la que el retrato y la tragicomedia con tintes eróticos necesitaban de un ilustrador muy versátil.

En este aspecto es reseñable la inclusión al final de un portafolio de los bocetos y un pequeño texto de Pierre Paquet acompañado de una fotografía del guionista con su perro. Paquet de mierda es una obra que enternece, porque demuestra que el amor, ya sea a una persona o un animal, es la mayor motivación del ser humano.

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