He estado diez años en una lista negra en Hollywood. Ha sido injusto. Un consejo: no conduzcas borracho". Así se expresaba hace unos días el actor Mel Gibson, que vuelve a la actualidad por partida doble. Hoy se estrena en España "Blood Father", película de acción en la que da vida a un delincuente que quiere reconciliarse con su hija, y además acaba de presentar en el Festival de Venecia su último trabajo como director, el drama bélico "Hacksaw Ridge".
El argumento de "Blood Father" no es demasiado original: Lydia Link es una joven de apenas 18 años que huyó de casa siendo una niña; vive con un novio criminal, es alcohólica y drogadicta. Ahora la buscan para matarla y pide ayuda a su padre, también aficionado a la bebida y en libertad condicional, pero con enormes ganas de rehabilitarse, también como padre. Un papel que tiene algo de biográfico, por lo que Gibson pone todo su empeño en la interpretación.
Con el carisma y el talento de sus mejores interpretaciones, Mel Gibson es la verdadera estrella de este thriller de acción basado en una novela del Peter Craig, guionista del filme. Gibson, que comparte protagonismo con Elisabeth Röhm y William H. Macy, mantiene el peso de la trama en el papel de padre que ha cometido un error que le aparta de los suyos, pero que está arrepentido y dispuesto a hacer lo que haga falta con tal de recuperarlos. La dirección corre a cargo de Jean-François Richet, curtido en películas de acción como "Asalto al distrito 13". Con una realización sobria y ausencia de efectismos, la película reivindica las segundas oportunidades.
