Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Miguel Costas: 'La música es para divertirse y nada más'

El músico vigués presenta hoy en la ciudad olívica su cuarto álbum en solitario, "No me cuentes tu vida". En esta entrevista con VISADO habla de su amigo Manolo Tena, de cómo conoció a Lemmy, de su relación con el alcohol y de canciones "proféticas"

Miguel Costas, a la izquierda, con su banda Marta G. Brea

En gallego, "costas" significa espalda, y Miguel Costas lleva sobre la suya buena parte del rock hecho en Galicia: fue fundador de Siniestro Total, Aerolíneas Federales y Los Feliz, así como integrante de grupos seminales (con perdón) como Sexteto de Blues, Los Ratones, Mari Cruz Soriano y los que Afinan su Piano o Los Minusválidos del Ritmo.

Esta noche este monfortino de adopción actúa en Vigo con el rock indie de los vigueses Troy como grupo invitado.

Entrevistamos por teléfono al autoproclamado, con evidente retranca, "mejor cantante del mundo" -eso mismo reza una dedicatoria escrita sobre su Gibson SG roja-, dirigiéndonos a él por su ilustre cargo honorífico:

-¡Diga!

-Hola, buenas, tardes. Quería hablar con el mejor cantante del mundo.

-Pues ya estás con él [risas]. Me apareció un número tan largo que no sé si me llamaban de Hacienda, de Suiza o algo de eso...

-O por los "papeles de Panamá"...

-Yo no llego a eso [risas]. Todavía no.

-Bueno, ahora en serio. Quizá sea este tu álbum en solitario más "100% Costas".

-La verdad es que a la gente le ha gustado mucho. El disco anterior era independiente. Marcaba una línea, y en este la he querido consolidar. Es lo que sé hacer. Si a la gente le gusta, mejor que mejor. Estoy muy contento con la reacción de la peña. Y en cuanto a ventas, dentro de lo que cabe. No somos Pablo Alborán ni Sergio Dalma, pero va bastante bien.

-Son canciones de dos o tres minutos, sin concesiones, letras cargadas de ironía y buenas melodías de guitarra. Tú has dicho que lo que llaman punk actualmente no tiene melodía, algo que sí tenían las canciones de The Clash, Buzzcocks, Ramones...

-Sí, siempre lo digo. Esos grupos se basaban en una melodía. La podías tocar más rápido o más lento, con las guitarras más o menos distorsionadas. Ahora hay una cosa que se llama rock urbano que mucha gente confunde con el punk o como quieras llamarlo. Tampoco me gustan mucho las etiquetas. Hay gente que lanza consignas, en plan "estamos en contra de todo", o "todo es una mierda". Nosotros intentamos darle un rollo a la gente totalmente distinto. La música es para olvidarse de las cosas malas, para divertirse y nada más. Luego cada uno tiene sus problemas. De ahí el título del disco, "No me cuentes tu vida".

-El tono lúdico-festivo del disco se nota en las letras, como la de "El botellón". ¿Te han llamado la atención las autoridades sanitarias por hacer apología del botellón?

-Bueno, es que no es apología, es algo que está en la calle. Me gusta hablar de las cosas que pasan. Yo no practico el botellón, no tengo edad [risas], pero es algo que está ahí. Cuando empezamos nosotros no existía, porque a lo mejor las copas estaban más baratas.

Miguel Costas en una actuación en el festival Derrame // J.Regal

-En la letra citas una marca de cerveza ("¡Mahou, Mahou!") y un whisky "segoviano y nacional".

-Yo hace muchos años que no bebo, pero sí te puedo decir que hay una cerveza que se llama Miña Terra Galega y que lleva mi careto por detrás.

--¡Qué me dices!

-Sí. Me ha hecho mucha ilusión. Ahora se empezará a comercializar. Estoy muy contento y orgulloso de que se hayan fijado en mí para esto. Es una cerveza artesana hecha en Ponteareas. Me preguntaron si podían poner mi careto en la cerveza, siempre sin ánimo de lucro. Y bueno, muy contento.

-¿En serio has dejado de beber?

-Sí, ya hace unos cuantos años, doce o trece. Era incompatible tocar, tomarse unas birras, al día siguiente volver a tocar... Buf, mejor hay que cuidarse un poco. Con esta marcha de furgoneta y de conciertos es mejor olvidarse de ciertas cosas y preocuparse de lo que de verdad importa.

-En "Inmunízate" te ríes de los suplementos vitamínicos, del "L casei inmunitas" y demás "alimentos medicinales".

-Yo creo que es todo promoción televisiva. Al final, uno se muere de lo que se tiene que morir. No creo que por tomarte más yogures o comer más alimentos que salen en televisión vayas a estar mejor. Yo ya tengo cierta edad, acabo de cumplir los 45 años... Bueno, eso es lo que digo siempre [ríe, en realidad tiene 55]. Y son cosas que te hacen gracia. La televisión no la veo, pero si hago zapping durante diez minutos ya tengo tema como para tres elepés por lo menos.

-Hablando de gente que se cuidaba [ironía], conociste a Lemmy, el cantante de Mötorhead, en unos baños.

-En el baño de una discoteca. Fui a mear, y en el urinario de al lado estaba Lemmy. Y entonces dije, "¡coño, Lemmy!" Él me habló en un inglés así muy... Bueno, yo no entendía nada. Más que nada porque yo no sé inglés. Pero le dije: "Me tienes que firmar un autógrafo". Y me lo firmó. Yo no soy nada mitómano, pero al cabo de los años, ver que ya no está entre nosotros... Te da rabia. Yo creo que el rock and roll no tiene por qué ser destrucción, lo que pasa es que hay gente que vive de un lado para otro. Yo siempre digo que no pesan los años, pesa la furgoneta. Estás tocando por ahí, en bares, en discotecas... Hay ciertas cosas que puedes evitar. Eso sí que lo tengo claro.

-Hace unos días nos dejaba Manolo Tena...

-Era uno de los mejores compositores que había en este país. De los tres o cuatro mejores. Lo conocí con Cucharada, cuando tenía catorce años. Fuimos muy amigos. Vivió sus malos momentos, como todo el mundo. Con él pasó lo mismo que con [Germán] Coppini: la gente solo se acuerda cuando se ha muerto. Mientras tanto, estuvo reclamando sus derechos [de autor]. Una situación lamentable. Podría haber dado mucho más de sí. Me da mucha rabia.

El artista Miguel Costas junto a Juan Naya (guitarra), Coché Vil (bajo), y Colás Lage (batería) // Dro

-Sigues cantando las canciones de tu etapa en Siniestro Total. ¿Las sigues cantando porque te gustan, porque el público te las pide o por ambas razones?

-Por ninguna [risas]. No las ensayo ya, pero a la hora de interpretarlas las toco con gusto. Son parte de mi vida. Yo no reniego de ninguna de mis épocas anteriores, pero sigo sacando discos y quiero que se me reconozca por eso. La historia detrás está muy bien, pero lo importante es publicar otro disco, que ya sería el número 28.

-Has dicho que, al dejar Siniestro Total, fue un error llamar a tu primer grupo Los Feliz, y no llamarte Costas o Miguel Costas.

-Sí. Pero lo hecho, hecho está. Saqué el disco con compañías independientes y se me perdió un poco la pista. También coincidió con la época de Operación Triunfo. Las multinacional estaban muy preocupadas por pagar a estos cantantes, por llamarlos de alguna manera [risas]. Saqué tres discos. Luego tuve una etapa de seis años con colaboraciones sin tocar en un grupo oficial. Igual fue un error. Espero que con este disco la gente no me llame el ex de tal o de cual, sino que diga: "Vamos al concierto de Costas, que mola".

-En este disco vuelves con una multinacional, Warner/Dro, la misma de los tiempos de Siniestro.

-Sí, Dro fue la discográfica con la que empezamos. El disco anterior la sacamos con una independiente y fue muy bien. Para este me llamaron y están haciendo buena "promo". Para volver a la independencia siempre hay tiempo. El disco está yendo bien y se están portando.

-Reclamas que se te reconozca como músico y autor, y no solo como el "ex" de Siniestro. Quizá la mejor prueba de que ese reconocimiento son los seguidores de Siniestro que dejaron de serlo cuando te fuiste o que arirman que se perdió mucho con tu marcha.

-Yo en eso no voy a entrar. Cada uno tiene su opinión y yo no voy a recomendar a nadie ni una cosa ni otra. Lo que sí te voy a decir es que siempre he seguido una línea que yo he pensado que era coherente. Pude haber seguido ahí. No seguí por diversos motivos, pero por encima de todo estoy muy contento de lo que he hecho.

-Llevas un montón de tiempo viviendo en la comarca de Lemos [Lugo]. La canción "No somos de Monforte" fue como una profecía autocumplida, pero al revés...

-Sí, la verdad es que hice una canción, "Assumpta", sobre "una chica muy mona que vivía en Barcelona" y luego me casé con una chica catalana. Ya me divorcié. Y vivo en la comarca de Lemos [Lugo] cuando había hecho la canción "No somos de Monforte". A ver si hago una canción que se llame "Voy a ser rico" y se cumple [risas].

Compartir el artículo

stats