Por naturaleza, hermosas, salvajes y libres como los caballos "mustang" que Clark Gable perseguía en "Vidas rebeldes". Por sociedad, hermosas, domesticadas y tristes, como las cinco hermanas que retrató Sofia Coppola en "Las vírgenes suicidas". Pero sobre todo, hermosas, en femenino, un sexo que se transforma en rejas en aquellos lugares donde la religión reduce a la mujer, como explica su directora, turca nacionalizada francesa, a meros "objetos sexuales".
Como sus protagonistas, cinco hermanas que nacieron libres y que luchan contra una tradición que las quiere esclavas, "Mustang" es una historia hermosa, conmovedora, intensa, brillante, entusiasta y apasionada, un canto a las flores de loto que nacen en las ciénagas, una de esas películas que, necesariamente, hay que ver.