Ocurrió con Hitchcock, con Spielberg y, durante un breve tiempo, con M. Night Shyamalan. El nombre de Jeffrey Jacob Abrams (Nueva York, 1966) basta para darle un halo de misterio y de prestigio a cualquier producción. Desde que conquistó a crítica y público con la serie "Perdidos", la marca Abrams, que insufló nueva vida a las sagas de "Star Trek" y "Star Wars", es sinónimo de calidad. Hoy llega a la cartelera española "Calle Cloverfield 10", secuela muy sui generis de "Monstruoso" ("Cloverfield", 2008), tras haber triunfado en la taquilla de Estados Unidos. J.J. Abrams es su productor. Dirige el sorprendente debutante Dan Trachtenberg.
Decimos que es una secuela sui generis porque "Calle Cloverfield 10" nada tiene que ver con "Monstruoso": ni aparece el mismo monstruo, ni presenta los mismos personajes, ni transcurre en la misma época.
La historia nos presenta a una chica (interpretada por Mary Elizabeth Winstead, "Death proof") que sufre un accidente de coche y despierta en un búnker subterráneo. Allí permanece encerrada junto a un joven con un brazo roto (John Gallagher Jr., "The Newsroom") y un extraño armado (John Goodman, "El Gran Lebowski") que no les deja salir al exterior debido a que -dice- un ataque químico lo ha hecho inhabitable.
Lo único que emparenta esta película con "Monstruoso" es esa placentera sensación de suspense y anticipación que despierta en el espectador, una tensión psicológica ante lo inesperado que el propio Abrams ha comparado con la mítica serie "The Twilight Zone" (en España, "En los límites de la realidad"), y que también provocaba "Perdidos".
Por su argumento, "Calle Cloverfield 10" parece más una secuela de la premiada "La habitación" (2015), pero el inteligente J.J. Abrams quiso vincularla a "Monstruoso" en una habilidosa maniobra de marketing. Al igual que hizo con "Monstruoso", ordenó que se proyectara el trailer de la película en los cines tan solo dos meses antes de su estreno; algo inusual en Hollywood, donde se suelen anunciar secuelas de una franquicia con casi un lustro de antelación. La aparición de la palabra "Cloverfield" hizo que los cinéfilos pensaran que se trataba de una secuela de "Monstruoso", y en seis horas -el tiempo que pasó hasta que colgó el trailer en internet-, las redes sociales ardieron."Todo es susceptible de seguir el modelo Beyoncé cuando la información se disemina inmediatamente", explicó Abrams, refiriéndose a la maniobra de la cantante cuando publicó su álbum en 2013 sin previo aviso, un truco promocional que luego copió U2.
Por eso el guión llamado "El sótano", pensado para una película de bajo presupuesto, pasó a titularse "10 Cloverfield Lane" cuando lo adquirió Bad Robot, la productora independiente de cine y televisión propiedad de J. J. Abrams. Curiosamente, y para mantener la producción en secreto, Bad Robot asignó a la película el nombre en clave de "Valencia".
Ni la crítica ni casi nadie del público ha protestado al comprobar que no ha visto una secuela propiamente dicha de "Monstruoso". Esta "heredera espiritual" de la película de 2008 -que recaudó 170 millones de dólares en taquilla con un presupuesto de 25 millones- llega con los elogios de la crítica norteamericana, que destaca la interpretación de los actores -en especial, de John Goodman- y lo inesperado e imprevisible de la acción, elementos que convierten este thriller en el mayor exponente hasta la fecha del "estilo Abrams".
