Violines, mandolinas y algún que otro acordeón confieren al décimo trabajo de Quique González, "Me mata si me necesitas", en las tiendas desde hace una semana, ciertos aires folk que no desvían al madrileño de su ruta habitual dentro del rock. Eso sí, ha cambiado Nashville, donde grabó sus dos últimos trabajos, "Daiquiri blues" (2009) y "Delantera mítica" (2013), por Barcelona. Y ya no es Quique González a secas, sino Quique González & Los Detectives, como así ha bautizado a la banda que ya estuvo con él en su anterior gira. El músico madrileño vuelve con un buen disco, que presentará en directo el próximo 27 de mayo (viernes) en el Teatro Afundación de Vigo (entradas ya a la venta).
"Madurar, crecer, debería ser un juego de niños", canta Quique González en "No es lo que habíamos hablado", el penúltimo de los diez cortes del disco, que incluye también la frase que da título al álbum, "Me mata si me necesitas". No ha sido un juego de niños -especialmente porque tuvo que pelear a la contra durante mucho tiempo contra las discográficas-, pero Quique González, de 42 años, hace tiempo que se muestra maduro y crecido.
""Delantera mítica" estaba más centrado en una visión de lo que estaba pasando fuera, con más mala leche y denuncia -ha comentado el cantante, que ha contado con la colaboración de César Pop en la composición musical de la mitad de los temas-. Aquí, el material del que están hechas las canciones es el del viaje emocional que estaba viviendo, cosas muy potentes que me han hecho agarrarme a la vida, con esa acumulación de alegría, euforia y la tragedia que se estaba mascando", afirma.
Prueba de ello es también la canción que cierra el álbum, "La casa de mis padres", sobre sus progenitores, ya fallecidos. El músico perdió a su padre, ya octogenario, recientemente, y en este tema, que va in crescendo a partir de un inicio a guitarra acústica y voz, vuelca toda su pena: "Luchar con la puta culpa, saber si necesitas ayuda. Necesito luz en la última curva para vivir como me dé la gana". Se trata de una de las canciones más bonitas y más duras que ha compuesto, según el propio Quique González.
Sin embargo, el músico madrileño, que vive a caballo entre Madrid y Cantabria, rechaza sumergirse en la angustia existencial y saca adelante melodías luminosas con letras más bien oscuras. Es el caso, por ejemplo, de "Relámpago", "Orquídeas", "Sangre en el marcador" y el primer sencillo, "Se estrellan en el corazón", en el que la mandolina de Edu Ortega da a la canción ciertos aires a los R.E.M. de "Out of time" (1991). "Edu Ortega es la estrella del disco -comenta Quique González-. El instrumento que más carácter le da a esta colección de canciones quizá sea el violín. No solo es romántico o épico, hay mucho rock en el violín de Edu. Aparte de que toca mandolina, guitarra y todo aquello que tenga más de dos cuerdas".
Detectives
El resto de Los Detectives son Eduardo Olmedo (batería), José María "Pepo" López (guitarras) y Alejandro Climent "Boli" (piano, hammond), músico de M-Clan y Fito y "uno de los tipos más queridos en el mundo de la música", según González. "Su instrumento es el bajo, pero durante la grabación se intercambiaban los papeles él y Ricky, uno tocaba el bajo y el otro el hammond". Se refiere a Ricky Falkner, prestigioso productor barcelonés que firma este álbum, y cuyos créditos podemos encontrar también en discos de Iván Ferreiro, Love of Lesbian y Lori Meyers, entre otros.
Otra de las novedades de "Me mata si me necesitas" es la voz de Caroline Morgan, una cantante a priori desconocida que en "Charo" entabla con Quique González una especie de dúo-réplica al estilo de Lucinda Williams y Steve Earle.
"Cuando quemé mi Capri del 82 solo salvé el CD de "El último vals"", canta Quique González en "Relámpago", en homenaje a The Band, uno de sus grupos favoritos. El del autor de "Salitre" será uno de los discos que habrá que salvar la próxima primavera, que se presenta bastante discreta en cuanto a conciertos en Vigo se refiere.
El nuevo disco de Quique González está ya en las tiendas, aunque no en todas. Según ha denunciado el responsable de la veterana tienda Discos Elepé de Vigo, Jesús Hidalgo, el cantante madrileño ha cedido en exclusiva la venta de su disco en formato vinilo a unos grandes almacenes y a una multinacional francesa de distribución, por lo que Elepé ha decidido no vender sus discos. "Ya no se acuerda de quien lo apoyaba cuando empezó", lamenta Hidalgo. Un gesto discutible el de Quique González hacia unas tiendas de discos que siguen "peleando a la contra".
