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Andrés Suárez: "Soy incapaz de fingir una canción"

El cantautor ferrolano actúael sábado en Vigo con todas las entradas prácticamente agotadas. El suyo es un caso paradigmático de artista que se ha labrado el éxito gracias al "boca a oreja", de tocar en bares vacíos a llenar recintos para más de diez mil personas

Andrés Suárez, con su guitarra.

Hay ganas de ver en Vigo a Andrés Suárez, que llevaba mucho tiempo sin actuar en la primera ciudad de Galicia. "Vigo lo tenía aparcado desde el tiempo de Sete Mares, El Ensanche, La Caracola en el muelle... Era muy joven y no tenía ni barba -recuerda-. No venía porque no quisiera, sino porque nadie me había llamado. Pero tengo muchas ganas de reencontrarme con mi gente de Vigo". Suárez viene con su sexto álbum, "Mi pequeña historia", grabado con una banda de rock, y número 2 en la lista de ventas en España.

-Grabaste tu primer disco "De ida", en Vigo, cuando tenías 18 años...

-Sí, en Areamaster, en tiempos de Anxo Maciel. A Vigo le tengo un cariño enorme y tengo familia. Es una parada obligatoria y me enorgullece volver ahí después de un parón involuntario. Dejaron de llamarme y no tengo ni idea de por qué.

-Vuelves a lo grande, con todo el aforo del Teatro Afundación prácticamente lleno.

-Sí, es una noticia acojonante. Nadie es profeta en su tierra, pero cuando voy a Ferrol, a Coruña, a Santiago, a Pontevedra... a cualquier lugar de Galicia, me tratan de la leche. Uno se siente mejor en casa. Además, reivindico que el gallego no es frío ni distante. Cuando quiere, es más cálido que el gaditano.

-Cuando te fuiste a Madrid para vivir de la música, ¿te planteaste alguna vez tirar la toalla?

-Jamás. Sabía que mis canciones podían llegar donde quisiera, y salió bien. ¿Que podía haber salido mal? Evidentemente. Pero bueno, la cosa salió así porque soy muy cabezón. En momentos lo pasé regular, pero eso de que "si puedes soñarlo, puedes hacerlo", no es una frase cantautoril. En el periodismo y en la música, "o das la vida por un sueño, o a dónde coño vas", como diría el maestro Ruibal.

-Has dicho que Iván Ferreiro, entre otros artistas, te ayudó en tus comienzos.

-Ferreiro es un grande en todos los sentidos. Cuento con su amistad, y la música en este país le debe mucho. En Latinoamérica se refieren a Ferreiro cuando hablan de Galicia, y me parece acojonante. Con Andrés do Barro es un referente tremendo.

Me fui a Madrid con 17 años porque aquel Santiago efervescente había empezado a desaparecer por culpa de los de arriba. En Santiago había cincuenta conciertos un lunes, y no exagero. Y hoy quedan tres salas para tocar. En Madrid no había pasado esto, estaba Libertad 8, El Rincón del Arte Nuevo, Clamores... Tenías que irte de Galicia forzado, a no ser que hicieras música en gallego o más propia del territorio... No sabría definirlo bien. No me fui a Madrid porque quisiera reivindicarme como cantante de metro. Tuve que hacerlo. Pero el final de mi vida está en Galicia.

-¿En qué te cambió la vida haber llenado el Palacio de Vistalegre [14.000 personas de aforo] en enero del pasado año?

-Soy un tipo muy tímido e introvertido que cuenta sus vivencias -menuda contradicción-, y con un círculo muy pequeño en el que entran seis o siete personas. El resto es la farándula y la noche, que es otra cosa. No ha cambiado nada, solamente un bienestar mental porque viene más gente a verme. Si vienen a verme cinco mil, yo encantado. No a cualquier precio: sigo siendo yo, nadie me viste ni toca mis letras. Llenar el Vistalegre no es tocar techo. Tengo todo por hacer. Ahora me voy a Argentina de telonero de Ana Belén y Víctor Manuel. Luego me voy a México a una gira de tres semanas... He venido a llevarme la vida por delante y soy muy joven.

-En tus anteriores álbumes, "Cuando vuelva la marea" y "Moraima", había mucho desamor y mucho dolor. En "Mi pequeña historia" también lo hay, es otro disco escrito después de una ruptura, aunque tú defiendes que es "más luminoso"...

-Cuando dije que este disco era más luminoso me contestaban: "El día que hagas un disco oscuro nos vas a matar a todos" [risas]. Acepto la crítica... Lo dije porque por lo menos hay una canción de protesta social, que lo tenía abandonado, contra los desahucios; otro tema sobre la amistad, que se titula "Te va a pasar"... Había al menos un punto focalizado fuera de mi ex, que se forró en canciones. Me encerré en un piso de Lavapiés tres años, deprimido, llorando y haciendo canciones de "yo, mi, me, sin ti"; diciendo que la vida era una mierda y pasando eso que llaman depresión. El primero en quejarse soy yo: ¡vaya tío más coñazo! Soy incapaz de fingir una canción. Abusé del desamor y pagué las consecuencias. Ahora trato de hablar también del sexo en los hoteles, que es maravilloso también.

-Por cierto, ¿qué tiene Cádiz para el amor? Lo tuyo es como lo del Quique González de "Salitre" y Conil de la Frontera. Siendo de Ferrol, te tira mucho el sur.

-Geográficamente es lo opuesto es lo opuesto a Galicia. Cuando llegué a Cádiz me quedé una semana durmiendo en la Caleta, borracho perdido, enamorándome cada día y empapándome de ese humor, que era un universo nuevo para mí. Conté con la amistad del maestro Javier Ruibal enseñándome la ciudad y su música. Estoy enamorado de Cádiz, me deslumbró, y cuando puedo viajo allí. En Ferrol me echaron la bronca porque hablo mucho de Cádiz: "¿Qué pasa, meu, y Ferrol qué?".

-Te ha producido Peter Walsh, que ha sido productor de Peter Gabriel, Simple Minds y Scott Walker, nada menos. ¿Cómo llegaste hasta él?

-Es un genio, con un oído absoluto y un tacto exquisito. Por medio del productor Alfonso Pérez apareció y le gustó nuestra propuesta. Encima es un tío risueño y humilde. Llevo dos discos con él, "Moraima" y este, y ojalá haya más. Entiende el sonido de mi guitarra y de mi voz como nadie.

-El sonido del disco tiene influencias del rock británico. ¿Qué referentes tienes dentro del rock, fuera de lo que en España se considera el cantautor clásico?

-He escuchado toda la vida a Ryan Adams, y Damien Rice para mí es Dios, al igual que Glen Hansard. Me gusta también Tom Petty, Norah Jones... Hasta Ed Sheeran. He sido muy hortera en la escucha. En el coche de mi padre pasé de Extremoduro, Boikot, Reincidentes y Leño a Juan Luis Guerra, Milladoiro, José Afonso y hip hop americano. Esa fue mi infancia, y así acabé. Me etiquetan como cantautor, pero llevo una banda de rock y acabamos dando botes. Igual un día hago un disco techno-dance, ¡yo qué sé! A mí me flipa la música y ya está.

-Eres de Pantín, una de las mecas del surf en Galicia. ¿Le dabas a la tabla?

-Sin duda, allí no había otra cosa, olas y canciones.

-Decía cierto humorista que el que más liga en las acampadas no es el que toca la guitarra, sino el tío que tiene al lado, que se aprovecha de la situación.

-[Risas]. Nunca he usado la música para ligar, pero llevaba la guitarra a todas pates. Empecé estudiando piano en el Conservatorio de Ferrol, obligado por mi madre y mi abuelo, y bendita obligación. Seguí con la guitarra, y con Extremoduro me colgué la eléctrica y pasé del piano. La guitarra es la mejor compañera, incluso a la hora de dormir en los hoteles. Para mí es un placer mayor incluso que el surf.

-Dices que es más poderoso el boca a oreja que cualquier discográfica del mundo, y tú eres un ejemplo de ello. El tuyo ha sido también un triunfo un poco al margen de los grandes medios de comunicación, ¿no?

-Soy feliz en ese sentido porque no le debo nada a nadie. Además, mi camino ha sido muy lento. Canté en bares para nadie, luego para diez, para quince, cincuenta... Y así 17 años. Respeto las velocidades de otros compañeros, pero ese es mi camino.

-¿Aceptarías ser jurado de algún concurso de talentos de la televisión, tipo "La Voz", que facilita un atajo en ese camino hacia el éxito?

-Respeto profundamente a quien quiera presentarse. En este país nos mola mucho Telecinco, criticar y reírnos del prójimo. No sé si me hubiera presentado a algo de eso si las cosas me hubiesen ido mal. Yo trato de mejorar con la guitarra y el piano, leer mejor, vivir mejor, hacer el amor mejor y estudiar más música. Ese es mi jurado. Yo no quiero juzgar a nadie, quiero poner un disco y que me flipe. Si algo no te gusta, cambia de CD y ya está.

-¿Parafraseando el título de tu canción, puedes contar algo que tus seguidores "no saben de ti"?

-Es difícil, porque tengo un vínculo personal con la gente que me escucha y saben muchas cosas de mí: lo de Pantín, lo de mi perro, lo de mis amigos... Yo qué sé. No tengo nada que ocultar, soy lo que se ve. Lo que saben de mí es que el ferrolano soñador ha podido dedicarse a la música, nada más.

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