Por alguna razón, no se suele citar a Los Marcianos entre los grupos más emblemáticos de la escena viguesa, aunque lleven muchos años en la brecha. Es de esperar que esto cambie con su nuevo disco, "Una tormenta de canciones de amor a quemarropa", un álbum de pop realmente magnífico tanto en el fondo -las letras y las melodías- como en la forma, con un sonido tan rotundo como impecable, obra del prestigioso productor Carlos Hernández, ingeniero de Los Planetas y Triángulo De Amor Bizarro (TAB), entre otras decenas de bandas indie punteras. Hoy mismo sale a la venta en formato vinilo de doce pulgadas.
El Ibán (con "b") del pop vigués, Ibán Marciano, lleva casi tanto tiempo dando guerra en los escenarios como Iván (con "v"), el mucho más conocido Iván Ferreiro, aunque en aforos más reducidos que el que fuera líder de Los Piratas. Pero "el que la sigue la persigue", como diría El Sevilla, y tal vez haya llegado su momento gracias a bombazos guitarreros como "Un tren a San Francisco", "220", "Gina se va a Londres" o, nunca mejor dicho", "La bomba".
Su sello, Clifford Records, compara su sonido con el noise pop de los 90, el de bandas como Lemonheads, Dinosaur Jr, Oasis y The Wedding Present, el shoegaze de My Bloody Valentine y The Jesus And Mary Chain y grupos más actuales como The Pains of Being Pure at Heart y Crocodiles. Y no van desencaminados.
En cuanto a las letras, en castellano, Ibán Marciano se sitúa en la tradición de Los Nikis y otros grupos del pop español de los 80, combinando ironía, ingenio, cierto nihilismo y guiños a la cultura pop: "Es otro sábado gris, el Celta ha vuelto a perder". "Dándole tu amor a un tipo que se parece al bajista de los Kings of Leon". "Ya verás, masacre sangrienta en La Iguana, consulta la prensa mañana".
Si en años pasados se consagraron Triángulo de Amor Bizarro y Novedades Carminha, este puede ser el momento de Los Marcianos, cuya propuesta musical comparte los muros de sonido guitarreros de los primeros y la frescura y retranca de los segundos.
Habrá que empaparse en directo con esta tormenta perfecta una ciclogénesis explosiva de pop.
